jueves, 29 de diciembre de 2011


En las calles oscuras y mojadas de Madrid se esconde el sentimiento difuso de lo que fue. En los recovecos de las esquinas llenas de indigentes hambrientos y congelados se pueden encontrar los momentos perdidos entre los dos. En los portales oscuros respiran las huellas de los besos robados al anochecer y en las baldosas del suelo resbala el amor lentamente hasta las alcantarillas.
Los abrazos se pierden entre la maraña de gente con paraguas que corre despistada en busca de un lugar perdido.
La lluvia empapa el recuerdo doloroso de los días de sol en esas mismas calles, los lustrosos días de sol en los que los bancos de los parques albergaban besos furtivos, donde la luz hacía tintinear el fondo de sus almas hasta hacerlas sonreír. 
La noche trajo consigo el lucero de la desesperación. Las sombras les alcanzaron sus miradas haciendo opacos los sentimientos. Las estrellas apenas destellaban la luz necesaria para mantener viva la llama de locura que había entre ellos y poco a poco fue desapareciendo en el manto de negrura que se creó entre los dos.
La lluvia trajo además el rastro amargo de la despedida. Recordó a lo salado del mar. La lluvia terminó de limpiar los restos de sentimiento que quedaban. Consiguió reunir en una gota toda aquella desilusión y desesperación que nacía a raudales de los poros de la piel de ambos.
Y luego llego el frío. Esa sensación que se mete en el cuerpo y lo recorre de arriba a abajo, que te cala, que consigue hincar su diente en lo más profundo del ser, desgarrando ese corazón sanguinolento que destinta, que llena todo de sentimientos encontrados dentro de la maraña de emociones. El frío que congela los buenos sentimientos, las sensaciones placenteras que desenmascaran nuestro lado bueno, ése lado positivo, agradable incluso me atrevería a decir bonito. 
Y luego acaba. Llega el fin. El hielo se resquebraja y todo se hace pedazos, se forma una alfombra de cristales afilados, cortantes, ensangrentados de tanto tropezar una y otra vez. 
Es el fin, el dolor, el sufrimiento de romperse por dentro, de quebrar, de fenecer. Pero también el fin es el momento de empezar a reconstruirse, a rehacerse de los cortes, del dolor.
El fin no deja de ser el principio de otra historia…

miércoles, 28 de diciembre de 2011


Echar de menos a alguien es ver su sombra tras de ti constantemente. 
Es ver su sonrisa reflejada en cualquier sonrisa.
Es ver su mirada en tus ojos.
Es sentir el roce de sus manos en tu piel.
Es escuchar su voz en cualquier lugar.
Es oler una fragancia que es suya.
Es estar constantemente pensando en qué hará, que pensará,que sentirá...
Es mirarte al espejo e imaginarte con sus brazos rodeándote y dándote un beso.
Es tener la sensación de que nada ha cambiado, pese a que nada volverá a ser como antes.

lunes, 26 de diciembre de 2011


No vale el viento si no me trae tu olor ni tus palabras. De qué me sirve la lluvia si no puedo ver tu reflejo en el cristal mientras estás tras de mí. Me dan más miedo los truenos si no estás a mi lado para abrazarme y susurrarme que no pasa nada y ya no es divertido contar los segundos entre los relámpagos y los truenos para saber dónde está la tormenta. Me da igual el frío en mi piel porque por más calor que sienta, siempre tendré mi alma helada. Los charcos no serán ya una lucha constante para que no me tires a ellos… Simplemente caminaré a su lado viendo cómo las gotas de lluvia les hacen crecer. ¿Para qué mirar las hojas tan bonitas de los árboles en otoño si no estás para decirme qué árbol es y por qué sus hojas son de ese color?  El invierno se cierne sobre mí lentamente y, como siempre, logra enfriar algo más que mi cuerpo. Las hojas del calendario van cayendo poco a poco y no hay nada que pueda reseñar en ninguna. Porque el invierno es así. Triste, melancólico e invita a la soledad de un cuarto vacío con una manta viendo cómo las calles se tornan blancas por la nieve. No… Yo ya no espero que vengas y me abraces para quitarme el frío. Ahora simplemente espero a la nada. Porque es lo que va a venir ahora. Nada.

domingo, 25 de diciembre de 2011


Los días pasan y tu ausencia se hace visible. La soledad va dejándose ver mientras tus pasos resuenan al final del pasillo como despedida. El eco de tu recuerdo reverbera en su mente. Las lágrimas recorren sus mejillas creando surcos de tristeza que acaban en el suelo en un charco de desesperanza. La vida pasa por ella dejando tras de sí un rastro de desilusión. Comienza a echar de menos tu risa que le hacía sonreír y sentirse bien. Comienza a darse cuenta de la cantidad de cosas que hacía contigo, de las veces que hablaba y de las carcajadas que tenía. Su vida ha cambiado desde que no estás. Sí… Ella también ha cambiado. Siente que se ha vaciado por dentro. En su interior sólo estabas tú y ahora sólo queda el recuerdo de tu presencia que se hace visible a través del recuerdo de tu perfume al saludarla, de tus besos al encontrártela, de tus sonrisas al pillarla haciendo el tonto. Te has marchado y no sólo has dejado el que era tu hogar… has dejado también vacía su vida. Sus lágrimas hacen patente la falta que le haces. Quizá nunca quisiste darte cuenta, pero ella te quiso desde el primer momento en que vuestros ojos se cruzaron.


**Echo de menos tus miradas condescendientes. Los piques y las cosquillas que me salían sin explicación por todas partes. Tus manos, tus sonrisas... Pero sobretodo echo de menos tu alegría, ver en tus ojos que eres feliz. Me encantaría ver esa felicidad porque es lo que más te mereces en este mundo aunque no sea yo quien te haga feliz. Me encantaría saber que tu positivismo está intacto y que por más que intenten hacerte caer vas a seguir estando de pie, como siempre lo has estado desde te conozco.
Gracias por hacerme feliz, pero no solo por eso.Gracias por conseguir que fuera mejor persona, por dejarme aprender de ti y por hacerme ver que no hay nada más importante que lo que uno piense y quiera. Nuestros caminos se han separado, pero tu huella va a estar en mí toda mi vida.**

sábado, 24 de diciembre de 2011


Estoy cansado. Me afecta el color y el sabor de tu ausencia. Me recorre tu olor por las venas y  siento que mi pena vuela sin cadenas. Me pierdo por los rincones de las escaleras esperando como un tonto a que aparezcas y traigas tu luz a mi noche de estrellas. Me fío de que tú vuelvas a ser esa chiquilla que inunda mi cuerpo una noche de vigilia, que rompes mi alma en un jardín de alegrías, espolvoreas mi vida con sorbos de bendita locura. Y río por pensar que algún día podrás estar conmigo, por creer que en el fondo tú sientes más de lo mismo: un quemazón que atormenta y se ahoga en el  fondo de un río. Y busco tu mirada a cada instante junto a la mía, sonriendo a la vida como si fuera una niña escuchando palabras sombrías de un alma perdida, prodigando sonrisas allá donde solo hay tristeza, dibujando color allá donde solo hay ceniza. Y me escondo de este mundo oscuro lleno de mentira inventando palabras que sólo serán mías, desdibujando las líneas que crean mis sonrisas. E  intento olvidar, olvidar el cerrojo que no me deja llegar a tu vida, que impide mi paso a ese mundo suicida donde creo, siento y escucho tus caricias; donde vivo, sueño e invento cada día. Y quiero volar, volar a tu luz como si fueras divina, como si ella pudiera borrar toda mi vida, emborronar los restos de mi existencia mordida de intentar comer el mundo aunque fuera utopía. Intentar conseguir que tu día sea una sonrisa cansada de tanto dolor pero con ganas de nuevas promesas. Navegar por las olas del miedo y conseguir salir victoriosa. Remover las entrañas del mundo y sentir una suave caricia del horror que se vive cuando te sientes vacía y descubrir al instante siguiente que la vida no es más que la micra de un segundo que termina cuando ya te rindes de luchar por aquello que siempre quisiste. Y llorar por la ausencia que dejas cada noche al despedirte olvidando a cada momento que no eres más que un mal chiste que cuentas cada vez que te veo jugando al despiste recordando a cada minuto que ya me lo advertiste: no eres más que una poeta con cara de triste que juega con las palabras como si fueran alpiste que dar a los pájaros para que acaben de morir. Y todo se acaba como un sueño prohibido una noche sombría, como el atardecer de una vida que nunca fue mía, como el color del pétalo de una rosa que espera desnuda a que desprendan el duro caparazón que envuelve sus caricias. Y la ilusión se difumina como el sonido de tu sonrisa al doblar esa esquina, como el color de esos ojos que me miran divertida, como el frío que tengo cuando te veo por ahí perdida. Y sufro porque veo, creo y siento que tú debes ser mía y disfrutar cada mañana de esa melodía que susurra tu voz pronunciando mi nombre con alegría y sintiendo en nuestro interior que algo mejor sería mentira.

jueves, 22 de diciembre de 2011


Hay momentos en los que la ilusión se desvanece… Que simplemente después de las veces que has tenido que luchar para levantarte de cada una de las caídas, de los mil y un tropiezos que aun te duelen, piensas que no hay nada bueno guardado para ti. Crees que nunca vas a encontrar una mano amiga que te ayude cuando el vacío se extienda bajo tus pies. Y ves que poco a poco las luces se apagan, que la gente va desapareciendo de la función y que estás solo en medio del gran vacío que es tu vida. Es ahí cuando comienzas a darte cuenta de lo siniestro que es todo cuando no hay nadie con quien compartir las cosas, cuando no hay una sonrisa que aparezca con cualquier tontería, cuando no hay unos ojos que te miren con aprobación cuando realmente hagas algo que está bien. Ves que realmente tu vida es eso, un teatro en el que la gente aparece y desaparece en cada representación y te sonríe simplemente porque tiene que hacerlo.
Y… Sin embargo… Cuando tu ojos se han cansado de esperar ver una chispa, cuando la esperanza ha dado paso al profundo pesimismo, cuando has dejado de sonreír con las mismas ganas y de tus ojos solo salgan lágrimas de amargura… Solo entonces es el momento en el que te das cuenta de que en realidad siempre ha habido alguien ahí que te ha ayudado cada función a subir y bajar el telón. De que esa persona que está ahí escondida todo el día a la que apenas hablas y a la que sonríes simplemente por cortesía es la que consigue que en tu vida seas algo más que el profundo vacío en el que te envuelves cada vez que acaba el teatro, la que te ayuda a recibir esas sonrisas y la que consigue que cada día escuches esos halagos que te hacen levantarte al día siguiente. Cuando caes en la cuenta de esto es el momento en que realmente ves que todo lo que pedías y anhelabas estaba ahí enfrente, a tu lado a cada instante intentando que todo te saliera mejor, que sonrieras, que fueras feliz aunque no fuera con ella.
Es justo ahí cuando te das cuenta también de que todo lo que te rodea no es más que una farsa y que quien realmente importa está ahí siempre sin necesidad de invitarle a la función.
Entonces descubres de nuevo sus ojos… esos que siempre mirabas y en los que nunca te habías fijado, descubres la intensa luz que hay en ellos… Encuentras su sonrisa… tan bonita como recordabas pero más especial que nunca porque en ella habías encontrado exactamente lo que querías.
Te reinventas para hacer feliz a esa persona y descubres que sólo con ella tienes lo necesario para ser feliz, que sólo con su sonrisa cada mañana consigue que tú seas feliz durante mucho tiempo. Que un beso suyo cura las peores heridas. Que una mirada suya consigue iluminar tu mundo aunque éste se halle en la oscuridad más profunda.
Y descubres que lo mejor de esa persona… es que hace una y mil locuras cada día solo para verte feliz… Que simplemente eso le basta para ser feliz y que una sola palabra consigue arrancar la más bonita de sus sonrisas… Te das cuenta… De que sin esa persona… tu vida no sería más que un teatro oscuro y derruido en el que a gente se ríe del bufón de turno que simplemente intenta cumplir sus sueños cuando nadie cree en ellos.


Ahora se ha ido...Y llegas a la conclusión de que era verdad. Si esa persona la vida no es más que un teatro oscuro y derruido, que por más que quieres no puedes cumplir tus sueños porque no está ahí para recordarte que puedes, para sacarse ese as de la manga y seas FELIZ pase lo que pase. Ya no está para pronunciar dos, tres, cuatro o mil palabras que realmente sienta y haga cambiar todo lo que hay en tu interior. 
El teatro está a punto de caer...

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Una de las mejores cosas que me han escrito

Sobran las palabras, basta el silencio para comprender. Mucho has soñado con que llegue un momento especial, muchas veces has esperado sentado en la puerta del castillo esperando a que la doncella bajase de la más alta torre para darte la bienvenida, ¿por qué no has subido tú? Bueno, en ese momento tienes tantas cosas en la cabeza que la sola idea de subir unas escaleras te produce vértigo, ¿y si subes y no hay ninguna princesa? Tu vida habrá sido un engaño, tanto tiempo esperando ese momento de verla, ansiando poder oler por fin su perfume…pero peor aún ¿Qué pasa si cuando llegas a la más alta torre resulta que la princesa decide bajar sola, dejándote en la torre con todos tus sueños? Malo asunto, demasiado miedo a quedarte encerrado y solo, ese miedo te petrifica, ese miedo te clava en la puerta del castillo, esperando que sea ella la que baje, y no tú el que tengas que subir a buscarla. No obstante, no puedes permanecer la eternidad esperando, ¿cómo sabes si subir va a ser un error si no subes? Sí, quizás subas para ver como tus sueños escapan volando por la ventana, quizás subir sea al final más doloroso que esperar tres eternidades a que alguien baje de esa torre……pero…. ¿y si no es así? También puede darse el caso de que la princesa esté en tu misma situación, con demasiado miedo a dejar su cama y bajar las escaleras para encontrar una puerta vacía, puede darse el caso de que tenga la oreja pegada a la puerta de su habitación, intentando escuchar el más mínimo sonido que delate la subida de su príncipe. Quizás subas las escaleras y al llegar arriba del todo esté la princesa, esperándote con los brazos abiertos, y te reciba con sus calurosos labios y un reconfortante abrazo…..eso estaría bien si…..pero aún queda la mejor opción de todas: Comprendes que no puedes esperar eternamente en la puerta del castillo y te decides a subir las escaleras, pero no llegas a la habitación de la princesa no, porque mientras tu subías las escaleras, ella las estaba bajando, encontrándoos los dos en una mitad perfecta, entonces sobran las palabras, basta el silencio para comprender que dos almas acaban de fundirse.

martes, 20 de diciembre de 2011

 Es difícil ponerle un precio a un adiós y el tuyo lo vendiste barato. Varias copas en un bar y un par de caladas a un cigarro que se balancea al compás de las despedidas. 
Una mirada huidiza que rebusca en el fondo del tugurio en busca de un alguien con quien ahogar las penas. Un alguien al que se la sude quién eres o qué haces ahí. Que simplemente te coja y te folle para que olvides por qué cojones estás ahí. Estás borracha, fumada. En el fondo ni tú sabes dónde coño estás. ¿Y qué? Te la sopla el mundo al igual que se la soplas al mundo. ¿Qué más da si tus ojos están rojos de fumar o de llorar? Nadie se va a fijar en ello. Allí se van a fijar en si estás buena o no. Y tú sólo te fijarás en si está bueno o no. Total, ¿a quién le importan los sentimientos? Dicen que deberíamos vivir, sentir y soñar… No, eso no vale para nada. Sentir, ¿el qué? ¿Miedo? ¿Dolor? ¿Soledad? Que soberana tontería. Hasta los más tontos saben que eso no merece la pena. Soñar. Esto me produce mucha más gracia… Soñar, ¿con qué? ¿Con conseguir esto o lo otro? O mejor, ¿conseguir a alguien? Naaa, esas cosas tampoco merecen la pena. La vida es vivir, follar y fumar. Y que le jodan al resto. Es mejor flipar en colores y cuando vuelvas a la realidad saber que no es más que los efectos secundarios a soñar y darte la hostia contra la realidad dándote cuenta de que por más que quieras esos sueños no son para ti. Porque pese a que ambos sueños son inalcanzables… Bailar con un elefante rosa fosforito es mucho más inverosímil, a priori, que ser feliz. Y sin embargo parece que es igual de imposible que se cumpla, ¿o no? 
Ahora mismo en mí no hay más que retales y no puedo más que seguir mis pasos y encontrar un puto bar en el que emborracharme y olvidar

lunes, 19 de diciembre de 2011



Me he rendido…antes de morir en el último intento,
antes de ahogarme en este naufragio,
antes de que las lágrimas reflejen el convexo de todos mis recuerdos.
Y tú me llamas cobarde…Y crees que me escondo
entre mis silencios,como la penumbra…
cuando el crepúsculo cae sobre el puente hacia las sombras.
Olvidas que muchos días,las palabras se oscurecen,
robándonos todos los argumentos para abanderar la esperanza,
rompiendo el cofre donde guardamos los recuerdos.
Y me sigues llamando cobarde…
Ya no sé como decirte, amor,que muchas noches no sólo te recuerdo
sino que te amo de memoria.
Porque llevo un tatuaje imborrable en las estrellas de mi alma
con cada palabra, cada beso,cada cielo, cada verso…
que esto no es cobardía,que sólo quiero zurcirme las costuras
porque ya no puedo vivir…


domingo, 18 de diciembre de 2011


 Es difícil ponerle un precio a un adiós y el tuyo lo vendiste barato. Varias copas en un bar y un par de caladas a un cigarro que se balancea al compás de las despedidas.
Una mirada huidiza que rebusca en el fondo del tugurio en busca de un alguien con quien ahogar las penas. Un alguien al que se la sude quién eres o qué haces ahí. Que simplemente te coja y te folle para que olvides por qué cojones estás ahí. Estás borracha, fumada. En el fondo ni tú sabes dónde coño estás. ¿Y qué? Te la sopla el mundo al igual que se la soplas al mundo. ¿Qué más da si tus ojos están rojos de fumar o de llorar? Nadie se va a fijar en ello. Allí se van a fijar en si estás buena o no. Y tú sólo te fijarás en si está bueno o no. Total, ¿a quién le importan los sentimientos? Dicen que deberíamos vivir, sentir y soñar… No, eso no vale para nada. Sentir, ¿el qué? ¿Miedo? ¿Dolor? ¿Soledad? Que soberana tontería. Hasta los más tontos saben que eso no merece la pena. Soñar. Esto me produce mucha más gracia… Soñar, ¿con qué? ¿Con conseguir esto o lo otro? O mejor, ¿conseguir a alguien? Naaa, esas cosas tampoco merecen la pena. La vida es vivir, follar y fumar. Y que le jodan al resto. Es mejor flipar en colores y cuando vuelvas a la realidad saber que no es más que los efectos secundarios a soñar y darte la hostia contra la realidad dándote cuenta de que por más que quieras esos sueños no son para ti. Porque pese a que ambos sueños son inalcanzables… Bailar con un elefante rosa fosforito es mucho más inverosímil, a priori, que ser feliz. Y sin embargo parece que es igual de imposible que se cumpla, ¿o no?
Ahora mismo en mí no hay más que retales y no puedo más que seguir mis pasos y encontrar un puto bar en el que emborracharme y olvidar.

viernes, 16 de diciembre de 2011


"-A veces tienes miedo de dejarlo y que no vuelva...
-La gente cambia y eso es algo que....cuando empiezas a contar con ello te cambia a tí.
Estoy loco por recuerdos no por nada presente y eso al final acaba ganando.
Porque te crea carencias que tarde o temprano...hacen que te canses.
-Joder,es cierto... yo también estoy loca por los putos recuerdos,
porque quiero que no lo sean.Quiero un puto presente igual que el pasado...¿tan difícl es eso?
-El pasado es el pasado.Es como pedir aprender a montar en bici otra vez.
Eso ya se ha tachado de la lista ¿Entiendes?
-...Pero me da tanta pena...fue tan guay...
-Nos ha jodido...pero tranquila,ya sabes montar en bici."

martes, 13 de diciembre de 2011


Déjame que cuente las horas perdidas, buscando tus ojos todos estos días que a veces se me hacen eternos.
Déjame, es este oscuro día, encontrar el brillo maldito de tus ojos. Ese que me embruja y me hechiza.
Déjame disfrutar de ese pequeño mago en que te conviertes y que consigue transformar en un segundo una lágrima de dolor en una sonrisa de amor.
Déjame encontrar en tus brazos el cobijo al frío de la soledad.
Déjame sentir en tus manos las caricias infinitas y la suavidad de tu piel
Déjame escuchar tu voz susurrándome al oído palabras sin sentido.
Déjame encontrar en tu piel el suave rastro de tu olor.
Déjame disfrutar de un segundo de complicidad contigo.
Déjame sonreírte con la luz de mi sonrisa para que puedas ver lo que escondo, para que puedas encontrar aquello que puedo ofrecerte y que sé que te hace falta.
Déjame disfrutarte, sentirme cerca de ti.
Déjame al menos formar parte de tu vida aunque sea como una simple mosca revoloteando a tu alrededor para sobrevivir con las migajas de lo que tú me das...

lunes, 12 de diciembre de 2011


Querido Corazón:
Ya sé que no soy la mejor dueña, sé que no hago más que provocar que te vayas deshaciendo poco a poco en minúsculos cristales. Sé que a cada paso que doy tú eres quien más riesgos corre. Soy consciente de que soy débil, de que te dejo demasiado al descubierto y que no has curado una herida cuando otra está sangrando a más no poder.  Conozco el hecho de que te vas empequeñeciendo según pasan los días. Que cada amargor es un sufrimiento para ti. Siempre tengo en mente que una decisión mía puede matarte y que eres único. Sé que corro muchos riesgos y que cada vez estás más débil por ello. Pero es que no lo puedo evitar. Recuerda cómo te sentías cuando le tenías cerca, cómo sus palabras te acariciaban, cómo me hacía sonreír consiguiendo que dejasen de doler las cicatrices que tienes. Te acuerdas y no puedes evitar sonreír, ¿a que no? A mí me pasa igual. Recuerdo sus miradas, sus sonrisas, sus caricias y sus palabras y no puedo evitar más que sonreír. Pero en el fondo ambos sabemos que no son más que sonrisas que se ahogan en el licor de la melancolía.  Ahora nos queda volver a enmendar esa herida…Aunque también es cierto que es mucho más profunda y que duele más. Ambos sabemos que arriesgué demasiado. Te regalé sin pensarlo. Y me devolvió un pobre músculo maltrecho y harto de intentar cicatrizar. Duele. Ya sé que duele pequeño. Créeme que parte de ese dolor me lo llevo yo también. Sin embargo…Me vas a matar. Pero no me arrepiento. Sé que me mirarías mal si estuviera delante, pero…Es la pura verdad. Vuelve a recordar. ¿Acaso te has sentido más feliz en algún otro momento? ¿Acaso has latido más fuerte? Ha habido momentos en los que te has parado por la sorpresa, que has corrido por los nervios, las ganas. Y has latido con pasión. Sabes que en eso tengo razón. Sabes que él ha conseguido hacernos felices a los dos y que si volviera todas esas heridas no serían más que pequeñas piedras en el camino que se pueden curar sobre la marcha. Porque tanto tú como yo le hemos amado, ¿a qué sí?
Ahora dejar de sangrar por todos lados va a ser difícil. Es posible que pasemos noches enteras en vela pensando. Antes las pasábamos echándole de menos cuando estaba de vacaciones o sonriendo recordando los momentos que acabábamos de vivir. O incluso esperando el mensaje de que había llegado a casa aunque fueran las mil y una. Y con eso descansábamos. Ahora…Tenemos que echar de menos todo aquello que hemos tenido, pero a la vez, tenemos que pensar en que no podemos hacer nada y que fue bonito mientras duró. Y así poco a poco ir cerrando esas heridas sangrantes. Dicen que el tiempo todo lo cura, aunque sabes que para mí eso no es verdad. El tiempo sólo hace que recordemos las cosas con más añoranza. Pero bueno, no le puedo pedir peras al olmo así que… Te propongo un trato. Tú te recuperas de tus heridas sin pensar. Yo pienso por ti y aunque mi alma acabe marchita, mis ojos secos de llorar o mi voz ajada, conseguiré que te pongas bien y que consigas latir de forma normal otra vez. Nos costará querer otra vez. Quizás a mí antes que a ti. Incluso es posible que no lo volvamos a hacer. De hecho ahora mismo no quiero querer a nadie nunca más. Pienso que cualquier cosa que haya después de él será siempre inferior. Pero quien sabe… A lo mejor sale por ahí cualquier otro superhéroe que nos rescate de la profundidad. Sinceramente no lo creo. Para mí superhéroes solo ha habido, hay y habrá uno para mí. Ese Pequeño Batman que está en la estantería de mi habitación al que miro cada cinco minutos con la estúpida ilusión de que él lo esté mirando en ese momento desde su cama. Joder, le queremos eh corazoncito? Creo que va a ser duro.

viernes, 9 de diciembre de 2011


Búscame cuando te apetezca, cuando notes que me echas de menos, cuando te mueras de ganas de tenerme. Búscame cuando no tengas a nadie que te diga que te quiere. Búscame cuando eches en falta las risas, las caricias que erizan la piel, las conversaciones sin rumbo, los abrazos en los malos momentos y las locuras. Búscame cuando necesites alguien que te sorprenda, cuando te des cuenta que nadie tiene esos detalles. Búscame cuando necesites que te digan lo especial que eres, lo bonita que es tu sonrisa y lo guapo que estas cuando te despiertas. Búscame cuando mires el móvil esperando una llamada que ya no llega, cuando salgas y sin darte cuenta me busques con la mirada entre la gente, cuando inesperadamente alguien te toque la espalda y al girarte esperes que sea yo. Búscame cuando necesites cerillas para encender lo que se ha apagado, cuando las discusiones sean aburridas y los días rutinarios. Búscame cuando recuerdes los buenos momentos y te arrepientas de no tenerlos ahora. Búscame cuando tu ego necesite que le supliquen desesperadamente cariño pero sobre todo cuando quieras suplicarlo tú.

jueves, 8 de diciembre de 2011


Recordamos a veces hechos como quien piensa en lo que lleva de equipaje y no en el viaje,
Más cargas que una guía o una ayuda.
Conseguimos reemplazar algunos recuerdos inútiles,
pero no podemos elegir voluntariamente los que almacenamos
ni tampoco los que olvidamos y sin embargo a veces daríamos lo que fuera por hacerlo.
Realmente no estamos preparados para asumir esa responsabilidad.
Elegiríamos olvidar cosas dolorosas y supremas que nos hacen ser quien somos
y quizá sin querer eliminaríamos otras simples y alegres que nos sitúan en nuestro lugar.
A veces duele y otras no.
Eso no depende de la memoria,no tiene la culpa.
Depende a veces de una frase,un sueño,un olor...pero básicamente depende del individuo.
De que entienda que pensar va a pensar siempre y de que no siempre puede decidir en qué,
pero sí cómo.

sábado, 3 de diciembre de 2011


"Tengo ronca el alma de quererte en esta soledad llena que me ahoga;
tengo los ojos llenos de luz de imaginarte
y tengo los ojos ciegos de no verte;
tengo mi cuerpo abandonado al abandono y
tengo mi cuerpo tiritando de no poder tocarte;
tengo la voz tosca de hablar con tanta gente
y tengo la voz preciosa de cantarte;
tengo las manos agrietadas de la escarcha
y tengo las manos suaves de en el cielo acariciarte;
tengo soledad,luz, alegría, tristeza, rebeldías,
amor, sonrisas y lágrimas...
Y también te tengo a ti, preciosa,
caminando por las venas con mi sangre."

martes, 29 de noviembre de 2011

Coser y enmendar las palabras que alguna vez rompieron y rajaron mi interior. Intentar reconstruir el mundo que se devastó tras la tormenta de mis ojos. Tratar de recobrar las ganas de levantar el ánimo y volver a volar libremente por un campo triste y sombrío buscando algún atisbo de vida perdido entre la nada. Sumergirse en el más profundo mar y ahogar todas las emociones. Salir, sentarse en la arena a esperar que el frío corte el hielo que se fragua en tus mejillas y los pensamientos se estanquen a la espera de una chispa nueva que los haga despertar. No. Chasquidos resuenan en la mente, pero no es más que el rumor del mar avisando de la tormenta. No es más que el atronador sonido del ocaso de un mañana. Un mañana que no va a empezar. Todo se diluye en el tiempo, incluso el propio tiempo. Se enmarañan las miradas entre lazos de soledad y miedo. Construyen telarañas de acero entre el corazón haciendo una coraza de hielo que impide que entre algún resquicio de luz. Luz. El Sol ya se está yendo asustado ante la oscuridad de la mirada. La luna es más valiente y lucha cada noche por un lugar en el firmamento. No. En mi firmamento no hay espacio para mí. Miles de noches he luchado por una sonrisa y no ha quedado más que la mueca medio dolorida de un recuerdo asomando por la cara. Cicatrices es lo que surca el rostro ajado del llanto de un ayer que ya no merece la pena. El lamento es lo que queda. Y no queda nada entonces. Nada. Nada es la cantidad de cosas que pasan por la mente en ese momento. Vacío. Silencio. Oscuridad. Es como el argumento de una película de miedo de serie B. Cosas falsas por todos los lados, pero esencia de miedo, resquicios de algún tipo de susto escondido en el sitio más insospechado. Noche. Entonces sueño. Pero no. Cada sueño re ha resquebrajado y roto en mil pedazos. El estruendo aún resuena en el fondo de la mente. Rasgados, quebrados, doblados e inservibles, arrugados, tirados a un lado, quemados, ahogados. La sal del mar deja ese resquemor en los labios. Ese sabor salado que al principio agrada pero luego cansa. Se han formado castillos de sal en la boca y no hay palabras. ¿Para qué? No sirve de nada hablar, hacer comentarios. No sirve de nada lamentarse por algo que ya ha pasado. Pasado. Otra vez, la mente en blanco. La arena viaja salvaje entre los dedos de las manos quedándose prendada de ellos. El aire surca los resquicios de la cara en la que las lágrimas ahora sólo caen por el frío del mar. Mojado y seco está el interior. Lamentos que no saldrán y palabras que morirán sin ser pronunciadas. Ruegos susurrados a un mar embravecido que ni siquiera tiene la intención de escuchar y que lucha incansable contra las rocas que van muriendo poco a poco desgastadas por la ira. Barcos que se adentran a la inmensidad de lo desconocido esperando conseguir algo. Menuda esperanza. Sí, esperanza. Aquí también hay cabida para ella, pero no de una manera muy especial. Está perdida y no hay quien la encuentre. Se ha ido correteando en busca de conchas por la playa, mirando si hay medusas o cangrejos. Ha huido a entretenerse en algún lugar lejos de allí y no tiene grandes intenciones de volver. Sus pasos son rápidos para la despedida, pero lentos para la vuelta a casa. Casa.¿ Dónde estará? Deben estar esperando. No. Espera. ¿Quién? Un alma sola, perdida, escondida allí dónde todo el mundo la espera, pero nadie va a comprobar. Silencio otra vez. No. No hay silencio. El mar rumia. Susurra palabras. Llama. Acaricia el rostro diciendo que se acerque. Se levanta. Un paso, otro. Uno más. Allí llega. Se tira. Promesas de una vida mejor. ¿Vida? No. Promesas de olvidar.

lunes, 28 de noviembre de 2011

01

Hoy la luna es preciosa... Ojalá estuvieras al otro lado mirándola y recordando el rumor de las olas del mar y los sentimientos que albergabas en tu interior cada vez que recordabas mi ausencia. Yo, aunque no lo creas, a nosecuantos km de ti, sigo mirando la luna cada noche por si me trae noticias de ti. Sigo mirando el calendario a la espera de días claros y soleados en los que perdernos por los lugares que dijimos: aquel rompeolas que quizá no sea tanto como dije y aquel banco de piedra mirando al mar de Torrevieja. Sigo pensando en pasar el tiempo veraniego haciendo el gamba contigo en el mar, haciendo castillos con esa arena que tanto odio como si fuéramos niños y tumbarnos en la arena en medio de la noche, abrazados y contemplando esa luna que tantas veces nos ha visto desear que estuviéramos juntos. Sí. Cada noche recuerdo todo aquello y no puedo evitar sonreír y esperar con ansia un verano que quizá nos traiga más sonrisas que el anterior, si es que eso puede ser posible. :)

viernes, 25 de noviembre de 2011

-.,

Te quiero. Nada más. Hay miles, millones de palabras. Pero todas se reducen a eso. A que te quiero. A que no me da la gana no estar contigo. A que no voy a renunciar a tus sonrisas. A que mis besos no buscan otro dueño y mi corazón está a gusto contigo. Se reduce a que mis mejores sonrisas son las que me sacas tú u que tengo ganas de abrazarte cada segundo. Que una mirada tuya me enamora con la velocidad del rayo. Una palabra tuya rebota por todas las paredes de mi interior y me hace sentir. Todo se reduce a que no quiero nada sin ti, a que no siento nada sin ti. Nada tiene sentido si sé que no estarás ahí cuando te lo cuente o si no lo hacemos juntos. Sí. Te quiero.

martes, 8 de noviembre de 2011

##

Un círculo vicioso. Un ir y venir de cientos de cosas que parecen ser o mismo. Tan sólo se esconden tras un disfraz que engaña en un principio pero que a la larga todos sabemos que es siempre igual.
Se empieza con la felicidad de un amanecer luminoso y naranja que deja un cielo espectacular digno de fotografiar mil veces. Digno de recordar, de guardarlo en la memoria como un tesoro.
Lo siguiente es una cálida y suave mañana. Esas en las que hace una temperatura perfecta que invita a andar por algún lugar. Apetece sólo perder el tiempo acompañado entre risas y alguna que otra locura. También es el momento de las cañas antes de cenar de sentarse en un bar y sentir la calidez del sol en el rostro dando los buenos días.
Sí. Después llega la hora de comer, ese momento que disfrutas hasta el último segundo, saboreando cada bocado y cada sorbo de agua. En el que das rienda suelta a la imaginación a la hora de hacer el plato. Esos minutos de gloria diarios que no puedes dejar a un lado.
Más tarde llega la hora de la siesta. Momento en que descansas de toda la comida y te repones para lo que llega después. Suelen ser horas para algunos, minutos para otros, pero todos lo necesitamos para recargar pilas.
La tarde es lo que sigue a la siesta. El sol empieza a caer y el frío comienza a meterse en los huesos, pero aún con una chaqueta fina puedes combatirlo e ir a buscar emociones nuevas a algún lugar desconocido. Lo que pasa es que ya no hay tantas ganas...El frío hace mella y la siesta ha despertado a la pereza así que las ideas van muriendo poco a poco nada más nacer.
Después toca la cena... Pero esta vez ya no es tan perfecta y deliciosa. Recordemos que las ideas van muriendo y las ganas brillan por su ausencia. Hay pinceladas de deseo, pero ni mucho menos lo de antaño. Poco a poco las ganas se van diluyendo en un vaso de agua y acaban por ser una manzana medio comida a disgusto.
El día, por supuesto, acaba con la noche.Va llegando el ocaso. Frío, mucho frío y sin mantas para remediarlo. Demasiada oscuridad y ni una triste vela para evitarla. De repente, la soledad llama a tu puerta esperando a que la abras para acompañarte en la despedida del día. Y justo es en ese momento en el que te das cuenta de que tenías que haber disfrutado mucho más del amanecer y de la mañana. Que esos segundos de felicidad extrema han huido de tus manos y no van a volver. Bueno.. Retornan a tu mente en forma de recuerdos dolorosos que quiebran el alma y hieren el corazón. Son espejismos de sonrisas pasadas vistas tras el cristal empañado por la lluvia que aparece en el fondo de tus ojos.
Sabes que la soledad y la oscuridad dan miedo cuando las "disfrutas" con la compañía de la soledad y te da por pensar en cómo sería todo si hubieras cambiado un segundo de pereza y de falta de ganas por un segundo de aventura y de alegría. Le das vueltas a lo rápido que pasan las cosas y al poco tiempo que hay para disfrutarlas y ves lo triste que es no poder marcha atrás para prolongar los ratos buenos del día. Pasan inexorables los minutos mientras que por tu mente pasan las sonrisas y se escapan las lágrimas de un ayer que esta apunto de ser.
El día acaba. La oscuridad se cierne sobre ti. Es la hora de las brujas. Ahora sólo queda sentarse frente al cristal de la ventana observando fijamente tu reflejo imaginando lo que quieres ver tras de él, pero buscando un nuevo amanecer. Uno que salga con la misma fuerza y ganas que el anterior, pero que no muera tan pronto.
Mientras eso ocurre, simplemente toca lidiar con las oscuras y perversas intenciones que guarda tu amiga soledad en el fondo de sí misma.

sábado, 22 de octubre de 2011

Miss you again...

Te pienso a mi lado a cada instante. Te recuerdo enredado en mí, con tus brazos rodeando mi cuerpo y los míos surcando el tuyo. Te siento cerca, como si estuvieras detrás de mí, como si me fuera a dar la vuelta y aparecieras con una radiante sonrisa pintada en tus ojos para darme un suave beso. Pero parece que el verano siempre me regala cosas que el invierno reclama y me las quita. Parece que el sol es quien me trae buenas nuevas y las nubes buscan esa pequeña felicidad que guardaba para cargarse de furia y descargar sobre mí los recuerdos de ese tiempo mejor. El sol siempre baña mi cara y me hace sonreír. Las nubes me miran amenazadoramente y por más que lo intento no puedo luchar contra ellas. Voy a corazón abierto, a luchar, a dar todo de mí por conseguir arrebatarles ese pequeño rayito que logro ver siempre en medio de la tormenta… Pero cada vez las fuerzas van flaqueando más. No estoy acostumbrada a luchar tanto y aun así estoy logrando valientemente llegar allí donde mi imaginación no alcanzaba a llegar. Pero estoy decayendo poco a poco. Necesito unas palabras de aliento, necesito ver que realmente estoy luchando por un algo que está ahí latiendo y que me espera impaciente a que venza los demonios que vienen tras de mí y tratan de alcanzarme. Sé que estás ahí. Lo que no sé es dónde ni hasta qué punto estarás ahí por mí. Lo único que tengo claro es que añoro tus sonrisas y tus palabras dichas con el alma. Echo de menos las sonrisas bobaliconas que me sacabas y el tono rojizo que tomaba la piel de mi cara cuando me susurrabas todas esas palabras viejas y desgastadas, pero preciosas al salir de tus labios. Echo de menos la soledad contigo y las horas robadas a la noche para perdernos por algún lugar. Echo de menos tus te quiero…

sábado, 15 de octubre de 2011

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Quisiera poder mirar tus ojos y ver a cálida mirada de aquél que no está triste sino que vive, que sueña y lucha por sus sueños. Quisiera poder coger aquello que te envenena por dentro y no te deja sonreír y alejarlo, guardarlo en algún lugar como si fuera un tesoro pirata que nadie encontrase. Quisiera ver la felicidad en tus labios en forma de pequeña sonrisa imperceptible pero sincera. Escuchar el susurro de tu voz en el desgarrador silencio de la noche y envolverte en un aura de paz y tranquilidad antes de que la suave mano de Morfeo te lleve al lugar de los sueños sin apenas notarlo. Lograr sacar a relucir tus sentimientos que tienes en tu interior y poder unirlo a los míos para ser uno. Quisiera encontrar la manera de hacer que nos sintamos al lado aun estando muy lejos...
Te quiero taaaanto...

martes, 16 de agosto de 2011

Tú apareces ante mí en el eco de mis pensamientos. Tu voz resuena en el fondo de esta habitación vacía porque no estás. El sonido melodioso de tus palabras aún reverbera en mi interior e intento poco a poco recordar cada segundo contigo. Escruto mi mente en busca de un momento perdido en ella, olvidado por algún motivo e indago en mí imaginación para encontrar aquello que me gustaría que pasase cuando te vea. Mis manos echan de menos a las tuyas… Mi dedo porta tu anillo y le invita a recordar cada instante jugando con él en tu mano. Tus caricias han quedado tatuadas en mi piel y tu olor impregnado en mí misma. Tus ojos aún acarician los míos y tu mirada en mi memoria me hace ver qué sentimientos tienes hacia mí. Tus recuerdos en forma de papel pasan por mis manos una y otra vez hasta casi aprendérmelos de memoria. Tu aura de buena perversidad me saca una sonrisa cada vez que algo me recuerda a ti. Tus labios me invitan a recordar cada uno de tus besos, cada roce de ellos con los míos. Evoco cada susurro tuyo en medio de la noche, cada sentimiento que has ido hilando en palabras a través de ellos y me los has transmitido sonando a música celestial en mis oídos. Cada sensación está guardada en mí, cada instante de tiempo contigo es un tesoro que guardo y anhelo repetir. Aguardo expectante tu vuelta a la espera de llenarme de ti, de tu risa, de tus bromas, de tus caricias y besos. A la espera de que tus palabras vuelvan a elevarme al cielo y que tus besos, caricias y abrazos me recuerden que por fin he dado puerta a ese miedo irracional a la soledad. Contigo mi mundo es perfecto porque tú eres mi mundo. Mi luna, porque siempre estás ahí. Mi sol, porque iluminas mi camino y me lo haces más fácil. Mi estrella porque estás ahí cuando la luna debe descansar. Eres mi agua porque me ayudas cuando no puedo caminar más. Mi camino porque sin ti no puedo dar un paso. Sí… eres todo eso y más y ahora me faltas… Te echo de menos más de lo que crees y de lo que crees tú. Te quiero.

jueves, 11 de agosto de 2011

Te quiero!

Hay silencio... Sobran las palabras y simplemente existen las miradas. En ellas se observan los sueños de los dos, se ven reflejados el uno en el otro. Encuentran la paz de encontrar a alguien especial. Las luces se apagan, la función comienza. Las estrellas salen a escena alumbrando tímidamente aquél rincón oscuro del cual la soledad está a punto de huir. La luna, más tímida, va asomándose despacito detrás del telón colocándose entre el manto de estrellas que tintinean con suavidad creando la música de los grillos. Ilumina la escena con gran esplendor e invita a despertar. Sí, la luna invita a despertar sentimientos, a encontrar emociones. Invita a sonreír.
Ellos, despacio, se deshacen de todo aquello que les puede provocar miedo y se lanzan a la conquista el uno del otro, a la lucha interminable de buscarse y a la felicidad absoluta de encontrarse. Comienzan un camino que ha surgido de repente, que no habían visto, que no se habían planteado, pero se deciden a surcar los peligros que puedan surgir con valentía, fuerza y con la certeza de que los dos, por mucho que pase, seguirán juntos.
Sonríen. Son felices. ¿Qué más quieren?

jueves, 4 de agosto de 2011

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La oscuridad aparece. Las luces se apagan y solo queda el rumor del mar, el olor de la sal y la arena que se entremezcla entre los dedos de los pies. El viento acaricia su rostro mientras ella enfríe sus manos en la arena que ya ha perdido todo elcalor del sol de la mañana. Augura su soledad. El frío que la envuelve. Ella mira el firmamento y sólo encuentra el rastro de una estrella muerta que se burla de sus sueños porque por más que los pida sabe que nunca se los cumplirán. Ni siquiera la luna hace acto de presencia. Se resiste a mostrarse a un mar poco embravecido y esconde su cara a esa muchachita perdida que le que la intenta encontrar en busca de respuestas. Pasa el tiempo y ella sigue perdida en sus sentimientos jugando con la arena de la playa luchando por que el mar le devuelva sus sentidos y, de repente, la ve. Se asoma tímidamente, rojiza, con la inocencia de un niño alzándose despacito en la consquista del cielo. Lucha con las estrellas e intenta muliplicarse al reflejarse en el mar. Ella la observa ensimismada otra vez admirando su fortaleza, las ganas de salir noche tras noche a iluminar el camino a alguien y consiguiendo que las mentes se despejen. De todas formas... ella sigue perdida entre las algas de ese mar tranquilo mientras todo se sucede en su alrededor, mientras piensa qué hacer para tener las ganas de sonreír de siempre.Echa demasiado de menos... Echa demasiado en falta....

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Las colillas se amontonan poco a poco en un cenicero gris de tanto usarlo. El humo viciado acompaña la estancia y el olor inunda cada poro de su piel haciéndole sentir sucio. Se ciega y no ve nada más que esa niebla que rodea su existencia en ese momento. La oscuridad empieza a cernirse sobre él y no sabe muy bien qué hacer. Quizá piensa en escapar, no desea nada más en este mundo. Allí de donde viene le espera gente que seguro que le quieren más que donde está, pero... En el fondo sabe que no puede.. No puede escapar. Esa salida no es posible aún y ha de esperar... Echa de menos y se pasa el día agarrado a un móvil a la espera de que un alguien especial se acuerde de él y le saque una sonrisa.. la primera de verdad del día. Se pasa el día perdido mirando las estrellas en busca de una que no le vacile cuando desee. Busca esa luna que se esconde por la noche impidiéndole ver en la tremenda oscuridad que le rodea... Solo puede guiarse por el sonido del mar que le lleva a ahogarse en él y acabar con las tremendas ganas de no ver a quien echas de menos...

lunes, 1 de agosto de 2011

te echo de menos!

Echo de menos su sonrisa y su mirada. Sus ganas de hacerme reír y las tonterías que dice para conseguirlo. Echo de menos sus piques y su manera de meterse conmigo haciendo que siempre acabe teniendo razón. Echo de menos su voz, su risa y sus gestos. Echo de menos su forma de hacerme de rabiar, su mirada y su manera de conseguir que me conozca y que reconozca cosas que nunca haría. Echo de menos la facilidad con la que consigue que sea capaz de expresarme y sus mil y una ganas de apostar. Echo de menos que se indigne y me haga pedirle perdón casi de rodillas… Echo de menos muchas cosas… Muchas más de las que cree… Echo de menos a esa personita tan especial que tanto me aguanta y me escucha y que a cambio me saca unas sonrisas de lo más sinceras. Gracias a esa personita, este año está siendo mucho más especial.

miércoles, 13 de julio de 2011

Simplemente es esa tonta ilusa que se alegra ante la más mínima tontería, el más tonto cambio es suficiente para hacerla sonreír durante horas…Intenta a cada instante abstraerse de este horrible mundo que sólo insta a soñar, que no ayuda a cumplir las cosas que anhelas. Trata de separarse de su alrededor y sentarse en una esquinita de la vida a ver cómo pasa el tiempo soñando en cosas que nunca se atreverá a hacer, soñando cosas que sabe que nunca van a pasar. Se convierte en ese ser pequeño y diminuto a ojos del universo que simplemente se esconde para no dar la cara a esos fantasmas que le dicen que nunca conseguirá aquello que quiere. Es como la princesa abandonada en lo alto de la torre esperando que ocurra algo que la saque de ahí. Pensando que si tiene que pasar algo va a pasar. Que aún no es capaz de pensar con claridad esa idea que le meten en la cabeza de vez en cuando de que quien no arriesga no gana. Sabe que es cierta esa frase… Pero lo que cuesta deshacerse de sus cadenas y verse como alguien más, realmente como alguien que merece conseguir algo, que merece ser feliz. Se encierra en su nube de hojalata esperando que arda el mundo y la deje ahí sola, perdida, buscándose a sí misma sin saber muy bien por dónde empezar. Intenta encontrar la salida al laberinto que ella misma se ha puesto. Pero… Se creó una fortaleza sin un mapa y ahora volver al mundo normal es muy complicado.

lunes, 11 de julio de 2011

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Nunca he sido lo que esperaban de mí. Nunca he conseguido que alguien lo diera todo por mí aunque sí que lo he dado todo por alguien. Nunca he sabido cómo conseguir lo que quiero… quizá porque siempre me han enseñado a amoldarme a lo que hay...aunque también me han enseñado a luchar y a conseguir lo que quiero. Nunca he sabido enfrentarme a miedo y prefiero hacer las cosas sola antes que apoyarme en alguien. Soy imperfecta, soy una más, no hay nada especial que puedas destacar, no tengo nada que ofrecer que no te pueda ofrecer otra persona más que la locura que hay en mí. No puedo prometerte hacerte feliz, no puedo prometer que sonreirás cada mañana ni que nunca nos vamos a enfadar ni siquiera que duraremos mucho tiempo. No te puedo decir que seré lo mejor de tu vida ni que nunca te vas a arrepentir. Lo único que te puedo asegurar es que voy a intentar que cada segundo sea especial, que cada día sea diferente, que esa locura que me caracteriza te envuelva cada mañana en un manto azul y que nos lleve a los dos a querer que no pase tiempo el uno sin el otro, a disfrutar del tiempo que compartamos aunque sea mínimo, a estar juntos sin pensar en qué pasará mañana. Y todo esto solo para que cuando llegue el final de todo te quedes con la sensación de que hay veces que sí que merece la pena arriesgar… más que nada porque de vez en cuando las cosas salen bien.

domingo, 10 de julio de 2011

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Hay momentos en los que la ilusión se desvanece… Que simplemente después de las veces que has tenido que luchar para levantarte de cada una de las caídas, de los mil y un tropiezos que aun te duelen, piensas que no hay nada bueno guardado para ti. Crees que nunca vas a encontrar una mano amiga que te ayude cuando el vacío se extienda bajo tus pues. Y ves que poco a poco las luces se apagan, que la gente va desapareciendo de la función y que estás solo en medio del gran vacío que es tu vida. Es ahí cuando comienzas a darte cuenta de lo siniestro que es todo cuando no hay nadie con quien compartir las cosas, cuando no hay una sonrisa que aparezca con cualquier tontería, cuando no hay unos ojos que te miren con aprobación cuando realmente hagas algo que está bien. Ves que realmente tu vida es eso, un teatro en el que la gente aparece y desaparece en cada representación y te sonríe simplemente porque tiene que hacerlo.

Y… Sin embargo… Cuando tu ojos se han cansado de esperar ver una chispa, cuando la esperanza ha dado paso al profundo pesimismo, cuando has dejado de sonreír con las mismas ganas y de tus ojos solo salgan lágrimas de amargura… Solo entonces es el momento en el que te das cuenta de que en realidad siempre ha habido alguien ahí que te ha ayudado cada función a subir y bajar el telón. De que esa persona que está ahí escondida todo el día a la que apenas hablas y a la que sonríes simplemente por cortesía es la que consigue que en tu vida seas algo más que el profundo vacío en el que te envuelves cada vez que acaba el teatro, la que te ayuda a recibir esas sonrisas y la que consigue que cada día escuches esos halagos que te hacen levantarte al día siguiente. Cuando caes en la cuenta de esto es el momento en que realmente ves que todo lo que pedías y anhelabas estaba ahí enfrente, a tu lado a cada instante intentando que todo te saliera mejor, que sonrieras, que fueras feliz aunque no fuera con ella.

Es justo ahí cuando te das cuenta también de que todo lo que te rodea no es más que una farsa y que quien realmente importa está ahí siempre sin necesidad de invitarle a la función.

Entonces descubres de nuevo sus ojos… esos que siempre mirabas y en los que nunca te habías fijado, descubres la intensa luz que hay en ellos… Encuentras su sonrisa… tan bonita como recordabas pero más especial que nunca porque en ella habías encontrado exactamente lo que querías.

Te reinventas para hacer feliz a esa persona y descubres que sólo con ella tienes lo necesario para ser feliz, que sólo con su sonrisa cada mañana consigue que tú seas feliz durante mucho tiempo. Que un beso suyo cura las peores heridas. Que una mirada suya consigue iluminar tu mundo aunque éste se halle en la oscuridad más profunda.

Y descubres que lo mejor de esa persona… es que hace una y mil locuras cada día solo para verte feliz… Que simplemente eso le basta para ser feliz y que una sola palabra consigue arrancar la más bonita de sus sonrisas… Te das cuenta… De que sin esa persona… tu vida no sería más que un teatro oscuro y derruido en el que a gente se ríe del bufón de turno que simplemente intenta cumplir sus sueños cuando nadie cree en ellos.

lunes, 4 de julio de 2011

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Hay una tormenta a tu alrededor. Un huracán de sentimientos. Todo da vueltas a tu alrededor. todo falla, todo se sucede como una cadena desastrosa de actos de los que no sabes si saldrás. Estás en un abismo. estás a punto de caer. Y lo peor es que te da igual. en medio del huracán oyes un grito, pero no le haces caso. Sabes que eres tú mismo a punto de morir y sabes que nadie te va a escuchar. Intentas hacerte amigo del aire, intentas decirte que no tienes de qué preocuparte porque vas a salir de ahí. pero hasta tú sabes que es mentira. Todo vuela a tu alrededor, todo se destruye como un edificio mal construido. Tu vida es como un castillo de naipes que peligra con caer al mínimo soplo de aire. Y estás en medio de un puñetero huracán del que no puedes salir. No encuentras más opciones que quedarte esperando a que tu interior se tranquilice, a que las aguas vuelvan a su cauce. No sabes qué o quién puede ayudarte. Pero te da igual, ahora solo quieres estar solo. Solo quieres que te rodeen tus propios pensamientos y desaparecer. Quieres desaparecer de un mundo que no sabes muy bien si es el tuyo. Tú ves que a tu alrededor todo es bonito y maravilloso. De hecho, sabes que hasta hace nada tu vida también lo era y sin embargo hay reveses. Hay subidas y bajadas. Hay calma y tempestad. Mucha calma había... Ahora toca lidiar con las olas, sacar de paseo las tablas de surf e intentar no ahogarse entre emociones contrapuestas. No sabes muy bien si lo vas a hacer ni por qué se supone que deberías hacerlo. Y piensas. y sigues pensando mientras todo se tambalea a tu alrededor y estás a punto de desbordar. Le das vueltas y vueltas a algo que ya no hay quien lo cambie. Y piensas y piensas y vuelves a pensar. Y estás en medio del mar bravo decidiéndote si nadar o no, decidiendo si coger la tabla y torear las olas o dejarte llevar por la inexorable fuerza de la tormenta que te agarra y te encierra. Decidiendo qué cojones hacer o pensar para que esa tormenta acabe, para que el huracán cese, para zanjar esa brecha de emociones que te destrozan por dentro.
De fondo... De fondo empiezas a escuchar más gritos. Son de aquellos que están ajenos a esa tormenta. Muchos quizá no sepan ni que existe... pero aún así te gritan para que escapes de sus garras y vuelvas con ellos con una cara cansada y un corazón malherido, pero con la misma sonrisa de siempre y las tremendas ganas de comerte el mundo.

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La sonrisa de tus ojos es la que ilumina mi camino a la felicidad. Es tu risa la que me alegra el día y tu mirada la que alienta mis días para poder terminarlos con una sonrisa. Es tu luz la que consigue despertarme por las mañanas y tu calor el que me hace pasar los inviernos de mi vida. Son tus manos las que mecen mis emociones y tus labios los que alborotan mis sentimientos. Es tu olor el que me inunda y me eleva hasta el cielo y tus palabras las que me duermen en un día malo. Tus sonrisas son capaces de mandar a las mías y tus abrazos consiguen arroparme hasta en el momento más gélido.

domingo, 26 de junio de 2011

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Las espadas que se clavan como dagas en tu corazón haciendo que, en cada embestida, te olvides de lo que es ser feliz. Sangras lágrimas de dolor, de soledad. Lloras la tristeza que te deja sola en ese mundo cruel que ha conseguido que mueras estando vivo. Quieres escapar de un lugar del que ya huiste pero ya no puedes. Has vuelto a caer en las redes de ese mundo y ya no las puedes cortar. Ellos te han roto las alas y ya no puedes volar. Tú ya no puedes hacer nada más que gritarle al cielo para desahogarte aunque sabes que todas tus palabras se las lleva el viento y que a nadie le importa lo que haces tú, lo que dices tú, lo que crees tú. ¿Y por qué? Porque tú ya no eres nada. Te has diluido con el agua de la lluvia. Te has ahogado en la tormenta, los rayos han quemado tu interior y sólo retumban los truenos en el vacío de la inmensidad de la nada.
Estás solo. Ya no eres nada ni vales nada. Eres poco más que una ola en el mar, una piedra en el camino. Sólo eres un estorbo. Sólo molestas. Sólo provocas dolor, decepción. Sí. Sólo sabes decepcionar a los demás. Por eso estás solo. No has sido capaz de dar lo que pedían de ti. Confiaban en ti, en que conseguirías lo que te habían pedido, tu pobre y mísera misión. Y no lo has hecho. ¿Estás contento? Ya lo has conseguido. Has logrado no tener un motivo por el que seguir.

lunes, 20 de junio de 2011

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Recuerda.
Vales, sirves, eres bueno, eres genial, eres increíble.
Sé optimista.
Lo vas a conseguir, eres capaz de hacerlo.
No temas.
Parece difícil, pero en realidad no lo es tanto.
Sueña.
Los sueños parece que nunca se van a cumplir, pero... quizá algún día todo aquello que anhelas se cumplirá. Siempre cuando menos te lo esperes.
Sonríe.
A veces las cosas no se presentan tan bonitas como uno se piensa, pero eso puede cambiar en un sólo segundo. Todo lo malo se torna bueno en cuestión de milisegundos. Las lágrimas de dolor serán momentos de nostalgias en las que del recuerdo brote una sonrisa.
Quiérete.
No vales lo que piensan los demás. No vales lo que dicen los demás. Vales lo que vales y eso es más de lo que tú ni siquiera te imaginas.
Lucha.
Las cosas nunca vienen solas... Lucha por conseguir lo que realmente deseas. Los auténticos impedimentos son los que vienen dados por nosotros mismos... Si aclaramos lo que realmente queremos hacer, lo que queremos conseguir, lo más seguro es que lleguemos a alcanzarlo. Quizá no mañana ni pasado... Quizá ni siquiera la semana que viene... Pero lo alcanzarás.
No temas.
Nunca estás solo ni lo vas a estar, por mucho que sientas que es así. En realidad siempre hay alguien increíble cerca de ti que te va a ayudar en lo que pueda, en lo que necesites. Que siempre va a estar ahí.
No te lamentes por las cosas que no has conseguido, porque entonces no llegarás a tener ni siquiera las ganas de alcanzar algo más. No vacíes el vaso hasta dejarlo a la mitad. O lo terminas, o lo dejas lleno, pero no hay medias tintas. O vives o vives. No hay más. Y ya que tenemos que hacerlo sí o sí... no será mejor que seamos felices mientras tanto?

"Deja entrar en tu alma una brisa
que avente las dudas y alivie tu mal.
Que la pena se muera de risa,
cuando un sueño se muere
es porque se ha hecho real."

La luna cubre con su sombrío manto aquel abril negruzco en el que quiso sonreír. Los colores desaparecían poco a poco tras los recovecos de las calles escondidas de una ciudad sin nombre en la que hasta los vagabundos se perdían. Las luces tintineaban de miedo ante la suave brisa del viendo que las acariciaba haciéndole llagas profundas que apenas sentía. Su dolor era algo más intenso que un corte en la piel. la lluvia surcaba por las calles haciendo riachuelos profundos en los que ahogar las penas del alcohol. Sus pasos errantes apenas hacían eco en la ciudad perdida, en el vacío de su mundo deshecho. No sabe dónde está, no sabe dónde va. Sólo quiere escapar del lugar en el que acabaron sus sueños, en el que no le queda nada más que su roto interior y... ya casi ni le sirve. Su vida ha desaparecido entre el manto de escombros y apenas ve el resquicio de luz que se cuela entre ellos cada amanecer. Se queda ciego por las decepciones que le acompañan cada día como si de una mascota se trataran. Intenta deshacerse del dolor de los amaneceres, del dolor de ver sus ojos con el brillo de la despedida.....

domingo, 19 de junio de 2011

Un sueño es lo que quiero tener para sonreír. Para ver pasar el tiempo ocupado en algo que sé que algún día voy a conseguir. Quizá esto falle y parezca imposible de alcanzar, pero no. No me da la gana dejar de caminar hacia adelante buscando ese sueño, mi sueño, sacando fuerzas para seguir luchando por él, saliendo cada día a la calle con una sonrisa que le demuestre al mundo que no, hoy no me voy a echar para atrás. No será este el día en que lo haga. Resisto, aunque sea busco otro camino… aunque en él pierda el trocito de felicidad que tenía en mi poder. Al final llegará un momento en que no sepa ni cómo actuar, ni cómo moverme o reaccionar porque la verdad es que no se puede abusar de la esperanza. Es tan fuerte que algún día puede destrozar nuestra confianza en el futuro. Ahí está… Unos días tan sumamente cerca de conseguirlo y otros taaan lejos… Pero… la pregunta es… ¿a quién le gusta perder? ¿a quién no le gusta mantener la esperanza? A nadie le gusta dejar las cosas a medias, ¿no? A mí me gusta sentirme como un estúpido iluso que piensa constantemente en todos aquellos sueños que no se cumplirán, me encanta ver las horas del reloj pasar mientras imagino cómo sería mi sueño cumplido...tan perfecto que casi lo puedes tocar… Y, sin embargo, despiertas y ves la realidad. Ves que realmente nada se va a cumplir… pero…eso no significa que deje de luchar. Total… las cosas fáciles no tienen gracia. Yo soy más de los retos. A mí me gusta que me pongas las cosas difíciles, que únicamente me des un segundo para respirar. Porque de ese segundo me sobra más de la mitad para saber que no voy a dejar mi empeño, que voy a seguir hacia adelante, aunque mi estrategia haya dejado de existir hace mucho tiempo. Es mi sueño y por más difícil que me lo pongas, lo voy a conseguir. Voy a seguir imaginando que todo es posible… Seguiré pensando que tu sonrisa es para mí, que tus miradas son hechas para mí, que tus manos sólo me tocan a mí de esa manera… Es difícil renunciar a un sueño y lo sabes. Lo que no sabías es que a mí me es mucho más difícil. Y desde luego, lo que no creías es que aun envolviéndote en un aura de indiferencia no conseguirías que yo desapareciera de tu estela. Por más que quieras, lo que hemos pasado está ahí. Mucho o poco es algo… Quizá tu sueño murió hace tiempo… Pero la verdad es que merece la pena intentar revivirlo para hacerlo más fuerte. Yo pensé que no volvería a soñar, pensé que el fin de una cosa sería el fin de todo… Pero aparecieron tus ojos un día, tu sonrisa y tus cálidas palabras y me hicieron olvidar aquello por lo que sufrí una vez.

No voy a renunciar a ti por más que quieras. Porque el hecho de hacerlo significa renunciar a un sueño y eso no entra dentro de lo que me gusta hacer. Un sueño es un sueño. Quizá me digas que soñar es gratis y que lo haga pese a saber que no conseguiré nada… Pero… eso de que soñar no cuesta es relativo. Me cuesta mi felicidad, mi tiempo perdido pensando en ti, en cómo sería todo cuando al fin te dieras cuenta de que no tenías que haber renunciado tan pronto de mí… Algún día si finalmente no consigo mi sueño de tenerte al menos 1 día para mí… te darás cuenta de lo tonto/a que fuiste al no pensar que quizá el/la que estaba equivocado/a en todo esto eras tú… Algún día serás tú quien me eche de menos, quien recuerde como hago yo las pequeñas tonterías que me hacían sonreír.

Es mi sueño. Lo siento, pero vas a tener que vivir con eso… en realidad es problema tuyo… Si no hubieras empezado con tus tonterías a lo mejor esto no hubiera llegado a este punto, pero las cosas ahora están así… te toca mover ficha otra vez… Te atreves?

En las calles oscuras y mojadas de Madrid se esconde el sentimiento difuso de lo que fue. En los recovecos de las esquinas llenas de indigentes hambrientos y congelados se pueden encontrar los momentos perdidos entre los dos. En los portales oscuros respiran las huellas de los besos robados al anochecer y en las baldosas del suelo resbala el amor lentamente hasta las alcantarillas. Los abrazos se pierden entre la maraña de gente con paraguas que corre despistada en busca de un lugar perdido. La lluvia empapa el recuerdo doloroso de los días de sol en esas mismas calles, los lustrosos días de sol en los que los bancos de los parques albergaban besos furtivos, donde la luz hacía tintinear el fondo de sus almas hasta hacerlas sonreír.

La noche trajo consigo el lucero de la desesperación. Las sombras les alcanzaron sus miradas haciendo opacos los sentimientos. Las estrellas apenas destellaban la luz necesaria para mantener viva la llama de locura que había entre ellos y poco a poco fue desapareciendo en el manto de negrura que se creó entre los dos.

La lluvia trajo además el rastro amargo de la despedida. Recordó a lo salado del mar. La lluvia terminó de limpiar los restos de sentimiento que quedaban. Consiguió reunir en una gota toda aquella desilusión y desesperación que nacía a raudales de los poros de la piel de ambos.

Y luego llego el frío. Esa sensación que se mete en el cuerpo y lo recorre de arriba a abajo, que te cala, que consigue incar su diente en lo más profundo del ser, desgarrando ese corazón sanguinolento que destinta, que llena todo de sentimientos encontrados dentro de la maraña de emociones. El frío que congela los buenos sentimientos, las sensaciones placenteras que desenmascaran nuestro lado bueno, ése lado positivo, agradable incluso me atrevería a decir bonito.

Y luego acaba. Llega el fin. El hielo se resquebraja y todo se hace pedazos, se forma una alfombra de cristales afilados, cortantes, ensangrentados de tanto tropezar una y otra vez.

Es el fin, el dolor, el sufrimiento de romperse por dentro, de quebrar, de fenecer. Pero también el fin es el momento de empezar a reconstruirse, a rehacerse de los cortes, del dolor.

El fin no deja de ser el principio de otra historia…

Ilusión. Eso que se resquebraja con una lágrima, que se rompe con la fragilidad del cristal de bohemia, que se deshace como la sal en el agua de las sensaciones. Y sin embargo… pese a haber sufrido mil calamidades, pese a ser frágil, sobrevive. Es una simple llamita en medio de un fuego de sentimientos, pero sobrevive sencilla y solitaria, porque lucha. Lucha contra los elementos y lucha por crecer, por invadir el cuerpo y adentrarse hasta el fondo del alma. Ese es su objetivo. Encontrarse con el fondo de nuestro ser para que podamos conseguir nuestras metas, lo que queremos.

Hay veces que la ilusión se esfuma, que se apaga la vela y la oscuridad vuelve de nuevo… Pero es un ave fénix que resurge de sus cenizas para que ,altiva, vuelva a ser de nuevo esa pequeña llamita que de vez en cuando consigue que veamos las cosas de otra manera.

Los recuerdos me envuelven. Las sensaciones pasadas y las emociones vividas resurgen en mí como si las estuviera sintiendo en este momento. Me siento como si la mejor parte de mi vida hubiera pasado como sin darme cuenta. Lo he tenido todo, porque te he tenido a ti. He tenido tu sonrisa, tu maravillosa sonrisa que me hacía sonreír cuando menos quería hacerlo. He tenido tu mirada, esos ojos que me encantaban, tan risueños, tan agradables, que me reconfortaban y me hacían sentir mejor. He tenido tus abrazos, tan cálidos, tan bonitos, tan nuestros. He tenido tus besos, tan dulces y maravillosos. He tenido tu compañía, tu apoyo, tu cobijo. He tenido tus manos, tus caricias, tus susurros. He tenido momentos perfectos, otros que no lo han sido tantos, pero que quedan como baches en el camino. He tenido tu presencia constante, tu mirada frente a la mia, tu sonrisa iluminando la mia, haciéndola mucho más presente. Te he tenido a ti… y ¿ahora? Ahora me quedan los recuerdos. Me queda el recuerdo desgastado de tu sonrisa. Desgastado de tanto mirarlo, de tanto ver de nuevo tu sonrisa dirigida a mi. Me queda tu mirada difuminada en mis pensamientos. Me quedan tus caricias impregnadas en mi piel, tu olor inunda mi cerebro, tus manos ocupan mis pensamientos. Me queda todo recuerdo de lo que nos dijimos, de lo que sentimos, de lo que vivimos. Me queda todo recuerdo, pero hay un problema. No me quedas tú.

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En un solo segundo pueden cambiar las cosas. El blanco se vuelve negro. El día oscuridad. El sol se apaga.
En un solo segundo, el mundo puede dejar de girar, el aire dejar se soplar a nuestro alrededor, el frío invadir nuestra vida.
En un segundo puedo admirar tu sonrisa.
En un segundo puedo escuchar el más dulce de tus susurros, sentir la más bonita y suave de tus caricias.
En un segundo, solo en un segundo, me puedo quedar prendado de tus ojos maravillosos.
En un segundo puedo olvidar mi Mundo y convertirlo en ti.
En un segundo mi Mundo puede ser tus ojos, tu sonrisa, tus caricias.
En un segundo mi vida puede girar y girar en torno a mi, pese a que la Tierra está parada.
En un segundo… En un segundo puedes cambiar mi cara con una palabra, mi sonrisa con un gesto y mis latidos con un susurro.
Quizá en un segundo pueda dejar de recordar aquello que me hizo daño, quizá en un segundo tus palabras, tu compañía consiga hacerme olvidar todo eso que me hizo llorar alguna vez.
Pero tan sólo quizá en un segundo…
Porque hay veces pienso que ni los años conseguirán que mi memoria haga desaparecer todo eso que me dolió. Pienso que nada ni nadie puede hacer que los recuerdos se esfumen y se esparzan por mi mente como las hojas en otoño encima de las aceras creando un manto. Hay momentos en los que creo que ni siquiera la luz que desprendes puede iluminar la oscuridad que me caracteriza.
Pero luego… Luego es ver tus ojos… Y encontrar en ellos la paz y la tranquilidad que necesito. Es ver tu sonrisa y tener la tonta necesidad de sonreir. Es sentir que estás cerca… Y tener las tremendas ganas de mirarte, acercarme, besarte y darme la vuelta sin más…

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Tengo un reloj medio roto ya

Que no marca las horas, que pregunta dónde estás.

Busca una salida, pero no sabe señalar el camino hasta tus ojos para asi poderle alumbrar.

Sus manos se han cansado de buscar todo aquello que no supo encontrar

Ya no sabe adónde va, no sabe su camino, le da igual ir hacia adelante o hacia atrás porque la huida es su destino.

Mil veces volverá al punto inicial y mil veces pensará que debería volver atrás.

Pero bien sabe él, que por más que lo intente dará vueltas y vueltas sin sentido para volver al punto inicial, que a su vez es el punto final. Un punto sin retorno en que no hay más que volver a girar y esperar que algún día la pila vuelva a funcionarde nuevo vea el horizonte con un nuevo amanecer.

Gira siempre lento, gira con calma. Con cierta inseguridad porque de un error suyo salen cientos de cosas malas.

Lo intenta, lo sufre, le echa ganas, pero… Siempre llega un momento en que su energía desaparece y todo vuelve a carecer de sentido.

Al final… haga lo que haga jamás le encontrará un significado a su vida. Siempre dando vueltas, siempre sin un rumbo fijo para luego acabar olvidado en un cajón cuando se haya cansado de seguir.

miércoles, 1 de junio de 2011

...

¿Sabes? Cuando crees que las cosas se acaban. Cuando piensas que los sueños tienen que morir. Cuando realmente ves que tus ilusiones mueren ahogadas en el fondo del vaso… Es el momento de parar, mirar a tu alrededor y darte cuenta de que el hecho de que pienses que todo ha acabado no significa que lo haya hecho. Siempre hay una puerta que no viste o una salida que jamás pensaste en usar. Hay una decisión que lo cambia todo y unas palabras que te hagan sonreír.

Hay veces en que el mundo de las ilusiones se derrumba sobre nosotros y nos crea tal desasosiego que no somos capaces de pensar en las cosas buenas que tenemos cerca. Quizá no nos ilusionemos por levantarnos cada día porque es un hecho demasiado cotidiano y típico, pero el hecho de poner un pie sobre el suelo significa que estamos vivos y que estamos aquí para dar guerra. Nos pueden poner baches en el camino, piedras que nos hagan tropezar y nos rasguen la piel de las rodillas como a los niños. Podremos ver el fin tan cerca que casi lo podemos alcanzar con la yema de los dedos. Pero sin embargo… duela lo que duela, los días pasan y seguimos ahí. Sufrimos cada segundo por nuestros deseos no cumplidos y no nos percatamos de los que conseguimos a cada instante. Para mí un sueño es poder conocer a gente increíble y cada día los conozco un poquito más. Para mí un sueño es poder ser yo misma y sentirme a gusto con los demás sin creerme un bicho raro… y lo consigo. Para mí un sueño es poder levantarme cada mañana con la certeza de que a lo largo del día los intentos por sacarme una sonrisa serán muchos. Un sueño es aquello que deseas con toda el alma. Un sueño no es más que lo que vivimos cada día porque cada día hacemos lo que más nos gusta. Cada uno tenemos nuestros sueños e ilusiones. Quizá unos sean más fáciles de conseguir que otros… pero sin embargo no por ello tenemos que dejar de olvidarnos de las cosas que conseguimos cada momento, porque son tanto o más importante que lo que tanto ansiamos ya que al fin y al cabo… consiguen levantarnos por las mañanas.