En un solo segundo pueden cambiar las cosas. El blanco se vuelve negro. El día oscuridad. El sol se apaga.
En un solo segundo, el mundo puede dejar de girar, el aire dejar se soplar a nuestro alrededor, el frío invadir nuestra vida.
En un segundo puedo admirar tu sonrisa.
En un segundo puedo escuchar el más dulce de tus susurros, sentir la más bonita y suave de tus caricias.
En un segundo, solo en un segundo, me puedo quedar prendado de tus ojos maravillosos.
En un segundo puedo olvidar mi Mundo y convertirlo en ti.
En un segundo mi Mundo puede ser tus ojos, tu sonrisa, tus caricias.
En un segundo mi vida puede girar y girar en torno a mi, pese a que la Tierra está parada.
En un segundo… En un segundo puedes cambiar mi cara con una palabra, mi sonrisa con un gesto y mis latidos con un susurro.
Quizá en un segundo pueda dejar de recordar aquello que me hizo daño, quizá en un segundo tus palabras, tu compañía consiga hacerme olvidar todo eso que me hizo llorar alguna vez.
Pero tan sólo quizá en un segundo…
Porque hay veces pienso que ni los años conseguirán que mi memoria haga desaparecer todo eso que me dolió. Pienso que nada ni nadie puede hacer que los recuerdos se esfumen y se esparzan por mi mente como las hojas en otoño encima de las aceras creando un manto. Hay momentos en los que creo que ni siquiera la luz que desprendes puede iluminar la oscuridad que me caracteriza.
Pero luego… Luego es ver tus ojos… Y encontrar en ellos la paz y la tranquilidad que necesito. Es ver tu sonrisa y tener la tonta necesidad de sonreir. Es sentir que estás cerca… Y tener las tremendas ganas de mirarte, acercarme, besarte y darme la vuelta sin más…
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