jueves, 11 de agosto de 2011

Te quiero!

Hay silencio... Sobran las palabras y simplemente existen las miradas. En ellas se observan los sueños de los dos, se ven reflejados el uno en el otro. Encuentran la paz de encontrar a alguien especial. Las luces se apagan, la función comienza. Las estrellas salen a escena alumbrando tímidamente aquél rincón oscuro del cual la soledad está a punto de huir. La luna, más tímida, va asomándose despacito detrás del telón colocándose entre el manto de estrellas que tintinean con suavidad creando la música de los grillos. Ilumina la escena con gran esplendor e invita a despertar. Sí, la luna invita a despertar sentimientos, a encontrar emociones. Invita a sonreír.
Ellos, despacio, se deshacen de todo aquello que les puede provocar miedo y se lanzan a la conquista el uno del otro, a la lucha interminable de buscarse y a la felicidad absoluta de encontrarse. Comienzan un camino que ha surgido de repente, que no habían visto, que no se habían planteado, pero se deciden a surcar los peligros que puedan surgir con valentía, fuerza y con la certeza de que los dos, por mucho que pase, seguirán juntos.
Sonríen. Son felices. ¿Qué más quieren?

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