Querido Corazón:
Ya sé que no soy la mejor dueña, sé que no hago más que provocar que te
vayas deshaciendo poco a poco en minúsculos cristales. Sé que a cada paso que
doy tú eres quien más riesgos corre. Soy consciente de que soy débil, de que te
dejo demasiado al descubierto y que no has curado una herida cuando otra está
sangrando a más no poder. Conozco el
hecho de que te vas empequeñeciendo según pasan los días. Que cada amargor es
un sufrimiento para ti. Siempre tengo en mente que una decisión mía puede
matarte y que eres único. Sé que corro muchos riesgos y que cada vez estás más
débil por ello. Pero es que no lo puedo evitar. Recuerda cómo te sentías cuando
le tenías cerca, cómo sus palabras te acariciaban, cómo me hacía sonreír
consiguiendo que dejasen de doler las cicatrices que tienes. Te acuerdas y no
puedes evitar sonreír, ¿a que no? A mí me pasa igual. Recuerdo sus miradas, sus
sonrisas, sus caricias y sus palabras y no puedo evitar más que sonreír. Pero
en el fondo ambos sabemos que no son más que sonrisas que se ahogan en el licor
de la melancolía. Ahora nos queda volver
a enmendar esa herida…Aunque también es cierto que es mucho más profunda y que
duele más. Ambos sabemos que arriesgué demasiado. Te regalé sin pensarlo. Y me
devolvió un pobre músculo maltrecho y harto de intentar cicatrizar. Duele. Ya
sé que duele pequeño. Créeme que parte de ese dolor me lo llevo yo también. Sin
embargo…Me vas a matar. Pero no me arrepiento. Sé que me mirarías mal si
estuviera delante, pero…Es la pura verdad. Vuelve a recordar. ¿Acaso te has
sentido más feliz en algún otro momento? ¿Acaso has latido más fuerte? Ha
habido momentos en los que te has parado por la sorpresa, que has corrido por
los nervios, las ganas. Y has latido con pasión. Sabes que en eso tengo razón.
Sabes que él ha conseguido hacernos felices a los dos y que si volviera todas
esas heridas no serían más que pequeñas piedras en el camino que se pueden
curar sobre la marcha. Porque tanto tú como yo le hemos amado, ¿a qué sí?
Ahora dejar de sangrar por todos lados va a ser difícil. Es posible que
pasemos noches enteras en vela pensando. Antes las pasábamos echándole de menos
cuando estaba de vacaciones o sonriendo recordando los momentos que acabábamos
de vivir. O incluso esperando el mensaje de que había llegado a casa aunque
fueran las mil y una. Y con eso descansábamos. Ahora…Tenemos que echar de menos
todo aquello que hemos tenido, pero a la vez, tenemos que pensar en que no
podemos hacer nada y que fue bonito mientras duró. Y así poco a poco ir
cerrando esas heridas sangrantes. Dicen que el tiempo todo lo cura, aunque
sabes que para mí eso no es verdad. El tiempo sólo hace que recordemos las
cosas con más añoranza. Pero bueno, no le puedo pedir peras al olmo así que… Te
propongo un trato. Tú te recuperas de tus heridas sin pensar. Yo pienso por ti
y aunque mi alma acabe marchita, mis ojos secos de llorar o mi voz ajada,
conseguiré que te pongas bien y que consigas latir de forma normal otra vez.
Nos costará querer otra vez. Quizás a mí antes que a ti. Incluso es posible que
no lo volvamos a hacer. De hecho ahora mismo no quiero querer a nadie nunca
más. Pienso que cualquier cosa que haya después de él será siempre inferior.
Pero quien sabe… A lo mejor sale por ahí cualquier otro superhéroe que nos
rescate de la profundidad. Sinceramente no lo creo. Para mí superhéroes solo ha
habido, hay y habrá uno para mí. Ese Pequeño Batman que está en la estantería
de mi habitación al que miro cada cinco minutos con la estúpida ilusión de que
él lo esté mirando en ese momento desde su cama. Joder, le queremos eh corazoncito?
Creo que va a ser duro.
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