miércoles, 21 de diciembre de 2011
Una de las mejores cosas que me han escrito
Sobran las palabras, basta el silencio para comprender. Mucho has soñado con que llegue un momento especial, muchas veces has esperado sentado en la puerta del castillo esperando a que la doncella bajase de la más alta torre para darte la bienvenida, ¿por qué no has subido tú? Bueno, en ese momento tienes tantas cosas en la cabeza que la sola idea de subir unas escaleras te produce vértigo, ¿y si subes y no hay ninguna princesa? Tu vida habrá sido un engaño, tanto tiempo esperando ese momento de verla, ansiando poder oler por fin su perfume…pero peor aún ¿Qué pasa si cuando llegas a la más alta torre resulta que la princesa decide bajar sola, dejándote en la torre con todos tus sueños? Malo asunto, demasiado miedo a quedarte encerrado y solo, ese miedo te petrifica, ese miedo te clava en la puerta del castillo, esperando que sea ella la que baje, y no tú el que tengas que subir a buscarla. No obstante, no puedes permanecer la eternidad esperando, ¿cómo sabes si subir va a ser un error si no subes? Sí, quizás subas para ver como tus sueños escapan volando por la ventana, quizás subir sea al final más doloroso que esperar tres eternidades a que alguien baje de esa torre……pero…. ¿y si no es así? También puede darse el caso de que la princesa esté en tu misma situación, con demasiado miedo a dejar su cama y bajar las escaleras para encontrar una puerta vacía, puede darse el caso de que tenga la oreja pegada a la puerta de su habitación, intentando escuchar el más mínimo sonido que delate la subida de su príncipe. Quizás subas las escaleras y al llegar arriba del todo esté la princesa, esperándote con los brazos abiertos, y te reciba con sus calurosos labios y un reconfortante abrazo…..eso estaría bien si…..pero aún queda la mejor opción de todas: Comprendes que no puedes esperar eternamente en la puerta del castillo y te decides a subir las escaleras, pero no llegas a la habitación de la princesa no, porque mientras tu subías las escaleras, ella las estaba bajando, encontrándoos los dos en una mitad perfecta, entonces sobran las palabras, basta el silencio para comprender que dos almas acaban de fundirse.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario