domingo, 25 de diciembre de 2011


Los días pasan y tu ausencia se hace visible. La soledad va dejándose ver mientras tus pasos resuenan al final del pasillo como despedida. El eco de tu recuerdo reverbera en su mente. Las lágrimas recorren sus mejillas creando surcos de tristeza que acaban en el suelo en un charco de desesperanza. La vida pasa por ella dejando tras de sí un rastro de desilusión. Comienza a echar de menos tu risa que le hacía sonreír y sentirse bien. Comienza a darse cuenta de la cantidad de cosas que hacía contigo, de las veces que hablaba y de las carcajadas que tenía. Su vida ha cambiado desde que no estás. Sí… Ella también ha cambiado. Siente que se ha vaciado por dentro. En su interior sólo estabas tú y ahora sólo queda el recuerdo de tu presencia que se hace visible a través del recuerdo de tu perfume al saludarla, de tus besos al encontrártela, de tus sonrisas al pillarla haciendo el tonto. Te has marchado y no sólo has dejado el que era tu hogar… has dejado también vacía su vida. Sus lágrimas hacen patente la falta que le haces. Quizá nunca quisiste darte cuenta, pero ella te quiso desde el primer momento en que vuestros ojos se cruzaron.


**Echo de menos tus miradas condescendientes. Los piques y las cosquillas que me salían sin explicación por todas partes. Tus manos, tus sonrisas... Pero sobretodo echo de menos tu alegría, ver en tus ojos que eres feliz. Me encantaría ver esa felicidad porque es lo que más te mereces en este mundo aunque no sea yo quien te haga feliz. Me encantaría saber que tu positivismo está intacto y que por más que intenten hacerte caer vas a seguir estando de pie, como siempre lo has estado desde te conozco.
Gracias por hacerme feliz, pero no solo por eso.Gracias por conseguir que fuera mejor persona, por dejarme aprender de ti y por hacerme ver que no hay nada más importante que lo que uno piense y quiera. Nuestros caminos se han separado, pero tu huella va a estar en mí toda mi vida.**

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