Días extraños
Me dibujo a mí misma como un palo sin alma. Me dibujo pensando en que no soy más que una historia. Una historia como la que somos todos. Momentos, segundos e ilusiones que se agolpan en los recuerdos, en la memoria y lo abarcan todo. Lo cubren todo y lo ahogan todo. Hay veces que sí, que no soy capaz de respirar entre tanta tontería junta que se agolpa en mi cabeza, pero hay otras que consigo despejar la mente y lo que antes era un día extraño pasa a ser un día normal. Porque a todo nos acostumbramos en esta vida. Ya sea bueno o malo. Además, todo tiene un por qué, una ida y una venida, una razón de ser.
Y me río ahora, me río irónicamente porque lo que iba a ser algo agradable de leer vuelve a ser una llamada de atención desesperada, un grito silencioso y desgarrador, una forma de decir que estoy hecha una mierda, pero que da igual, que no pasa nada porque todos estamos así alguna vez. Porque a todos nos pasan cosas, muchas cosas y que por contarlas no se van a arreglar nunca.
Últimamente me he dicho a mí misma que estoy apática, que no siento nada bueno ni malo, ni regular. Que las cosas que antes me alegraban, ya ni siquiera lo hacen y que las que me entristecían, me dan igual. Porque ahora creo que todo me da igual... Y sin embargo, no. Hay días en los que me levanto con unas ganas y un alma en los que todo parece ser posible, que el día luce con ganas, que la sonrisa sale sola y además es de verdad. Pero luego, sin más, aparece el velo de los recuerdos surcando mi mente y todo se apaga como un escenario vacío, sin gente, sin alma y derruido. Como estoy yo. Derruida, sin alma, sin ganas. Con muros enormes creciendo a mi alrededor, con un alma atormentada por cosas que no tienen ni ton ni son, ni son mi culpa ni mi responsabilidad. Lo malo me parece peor y lo bueno, apenas me parece. Todo se oscurece cuando paso a su lado. Soy un cenizo, todo lo malo viene a mí. Se aproxima a lo que tengo alrededor y lo destroza lentamente, poco a poco, despacio. Marchito acaba el bosque de ilusiones, de ganas, de motivos y amor. Todo cae lentamente como una hoja en esta estación del año. Y yo caigo con ella.
Esto esta siendo muy depresivo... Realmente no sé... Realmente todo da igual y sólo hay que seguir. Día a día, paso a paso, segundo a segundo hasta que todo pase. Y que pase realmente lo que tenga que pasar. Porque yo ya no espero nada bueno. Todo lo que veo en mi futuro es malo así que... ¿para qué preocuparse por él?
Paso un mal rato haciendo el pato y sin hablar
ResponderEliminarllegará mi oportunidad.
Y estoy aquí loco por incordiar, loco por incordiar!!!!!!!!!!!!!!
http://www.youtube.com/watch?v=npw6kC-2ugM
Cancionaca!! :)
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