lunes, 14 de octubre de 2013

Memories

La gracia de esta entrada es que la escribí hace unos días. Hoy he reabierto el word donde escribo y donde guardo todo lo que pasa por mi mente. Lo he releído... Y no he podido evitar que mis ojos se llenasen de lágrimas de nostalgia... Increíble lo que podemos llegar a sentir, ¿no?


Fuegos artificiales y estrellas del firmamento. Dos momentos mágicos que aparecen de repente en mi mente. De nuevo vienen a desordenar mis sentidos los recuerdos, a echar de menos segundos en los que todo era diferente, en los que era mucho más feliz. El primero… Había mucho que no recordaba eso… Y no hace tanto tiempo. Fuegos artificiales, Alcorcón. Mi madre y mi hermana de compañía, pero faltabas tú, te echaba de menos, no estaba totalmente feliz porque lo que me hacía feliz era ver una de las cosas que más me gusta en el mundo…contigo. No estabas, ya ni recuerdo por qué. Sin embargo, dejaste una parte de ti en forma de mensaje de texto justo el segundo antes de que empezasen. Un segundo antes… 00.00 y me dijiste que te encantaría estar ahí conmigo. Y yo sólo sonreí. Y guardé ese recuerdo en mi cajita de recuerdos fantásticos. Y ahí está… Surca mi mente de vez en cuando. Igual porque lo que nos pasa no lo olvidamos y simplemente lo archivamos en la cabeza y navegando entre tanta porquería, de repente y cuando menos te lo esperas, aparece como un torrente de buenas sensaciones. Pasadas, pero maravillosas. Como si la mente quisiera que te sintieras así toda la vida, porque es el mejor sentimiento del mundo.
El segundo momento… Siempre querré cumplir ese sueño… Incluso no me importaría que fuera contigo, que fuera nuestro. Fue en Denia… El cacho de playa en el que estábamos invitaba a soñar por la noche. Nada de luz en el paseo porque no había paseo. Nada de gente a partir de las 8 porque eran todos extranjeros. Sólo paz, rumor del mar, mosquitos (qué asco de mosquitos¬¬), la luna y las estrellas. Me acordaba de ti al ver la luna, al recordar que daba igual a cuántos kilómetros de distancia estuviéramos…Porque ambos veíamos la misma cara de la luna. Las estrellas tintineaban ante mí y yo sólo podía admirarlas y pensar en ti, en nosotros, en lo que podríamos ser y que luego fuimos. En los buenos momentos que pasamos hasta entonces, las miradas, las conversaciones y los piques hasta altas horas de la noche. Las locuras que me hacías hacer a base de apuestas y tu optimismo fantástico que me hizo desarrollarme como persona. Eras tú en ese momento y para mí no existía nada ni nadie más ahí. Mi sueño era poder ir contigo, sentarme allí y balancearnos al son del mar. Que fuese testigo de nuestro abrazo y quedarnos dormidos hasta la primera luz del día. Ésa que nos despertaría y nos permitiría ver el precioso amanecer de otro día juntos.
Malditos recuerdos… Jodidos y malditos recuerdos… Y lo bonitos que son, ¿qué? Hay días en los que me gustaría volver atrás y no ser tan cobarde. Quiero un día perfecto como el día de playa. Un día que no se me olvide jamás pase lo que pase, nunca. Que se lo cuente a mis nietos si es que llego a tener algún día y sea la historia envidiada. Que sea motivo de suspiros y ganas de vivir eso. Un día en el que todo fluya sin sentido, pero sin peligro. Volver a tener la sensación de felicidad extrema. De que no cabes en ti de cuán feliz eres. Que cualquier pequeña y absurda cosa sea la más maravillosa del mundo solo porque eres feliz y así lo ves todo. Buah… Qué recuerdos más bonitos.

Creo que necesito un abrazo.

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