Los minutos acortan las emociones. Los días dan igual, las
noches toman su importancia y todo se aleja. No hay ríos de verdad navegando
por el desierto. Las miradas furtivas se esconden de los vientos
descontrolados, de las sonrisas inocentes .Huye el miedo por el frío y se
esconde el mal por el camino. No hay luz, sino oscuridad. No hay más miedo que
el silencio, que la palabra borrada y prohibida. Sólo queda el rencor de las
emociones que resuenan con tristeza en tu mente marchita. Se va ahogando el
miedo, van surgiendo los sentimientos mientras ves que es soledad todo aquello
de lo que estás lleno. Y lloras lágrimas amargas que caen despacio y sin prisa
allá por donde vas. Ríes y lloras, te escondes y vuelves a resurgir. Y todo
aquello que añorabas ya no está y es sólo un abismo de vacío. De puro, eterno y
oscuro vacío que te envuelve, te cerca y te ahoga…
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