Te encuentras navegando a la deriva de tus sentimientos,
buscando qué hacer, qué encontrar, qué mirar… Buscas en la brújula cuál es tu
siguiente paso y te das cuenta de que has estado dando vueltas todo el tiempo y
estás en el punto inicial, en el principio…Y sientes que nada ha valido la
pena, nada de lo que has hecho tiene sentido y sólo tienes la sensación de que
has perdido el tiempo. No sabes muy bien cómo encajar el golpe ni cómo curar
tus heridas… Sangras por dentro y sabes que sólo el tiempo y el estar solo
pueden curarte. Sólo tú puedes volver a
curar el corazón malherido una vez más aunque cada vez cuesta más porque nunca
acaba de sanar, nunca se cierra del todo esa herida sangrante. Y, sin embargo,
estás ahí…En medio de ningún sitio dudando si continuar. Cualquiera se hubiera
dado por vencido, pero no, tú no, mantienes la duda. No sabes si recurrir a esa
fortaleza interior que a veces te caracteriza o volverte el muchachillo huidizo
e introvertido y aceptar el golpe como buenamente puedas…Por momentos quieres
volar, desaparecer y encontrarte por ahí en algún lugar lejano y olvidar…pero al instante deshechas esta
idea. No. Tú no has nacido para desaparecer. Tu misión es sacar sonrisas,
conseguir hacer optimistas a los demás e intentar alcanzar un lugar un poco más
alegre.
Hola, gracias por pasarte por mi blog :D
ResponderEliminarte sigo me gusta el tuyo ^^
un saludo *-*