jueves, 29 de diciembre de 2011


En las calles oscuras y mojadas de Madrid se esconde el sentimiento difuso de lo que fue. En los recovecos de las esquinas llenas de indigentes hambrientos y congelados se pueden encontrar los momentos perdidos entre los dos. En los portales oscuros respiran las huellas de los besos robados al anochecer y en las baldosas del suelo resbala el amor lentamente hasta las alcantarillas.
Los abrazos se pierden entre la maraña de gente con paraguas que corre despistada en busca de un lugar perdido.
La lluvia empapa el recuerdo doloroso de los días de sol en esas mismas calles, los lustrosos días de sol en los que los bancos de los parques albergaban besos furtivos, donde la luz hacía tintinear el fondo de sus almas hasta hacerlas sonreír. 
La noche trajo consigo el lucero de la desesperación. Las sombras les alcanzaron sus miradas haciendo opacos los sentimientos. Las estrellas apenas destellaban la luz necesaria para mantener viva la llama de locura que había entre ellos y poco a poco fue desapareciendo en el manto de negrura que se creó entre los dos.
La lluvia trajo además el rastro amargo de la despedida. Recordó a lo salado del mar. La lluvia terminó de limpiar los restos de sentimiento que quedaban. Consiguió reunir en una gota toda aquella desilusión y desesperación que nacía a raudales de los poros de la piel de ambos.
Y luego llego el frío. Esa sensación que se mete en el cuerpo y lo recorre de arriba a abajo, que te cala, que consigue hincar su diente en lo más profundo del ser, desgarrando ese corazón sanguinolento que destinta, que llena todo de sentimientos encontrados dentro de la maraña de emociones. El frío que congela los buenos sentimientos, las sensaciones placenteras que desenmascaran nuestro lado bueno, ése lado positivo, agradable incluso me atrevería a decir bonito. 
Y luego acaba. Llega el fin. El hielo se resquebraja y todo se hace pedazos, se forma una alfombra de cristales afilados, cortantes, ensangrentados de tanto tropezar una y otra vez. 
Es el fin, el dolor, el sufrimiento de romperse por dentro, de quebrar, de fenecer. Pero también el fin es el momento de empezar a reconstruirse, a rehacerse de los cortes, del dolor.
El fin no deja de ser el principio de otra historia…

miércoles, 28 de diciembre de 2011


Echar de menos a alguien es ver su sombra tras de ti constantemente. 
Es ver su sonrisa reflejada en cualquier sonrisa.
Es ver su mirada en tus ojos.
Es sentir el roce de sus manos en tu piel.
Es escuchar su voz en cualquier lugar.
Es oler una fragancia que es suya.
Es estar constantemente pensando en qué hará, que pensará,que sentirá...
Es mirarte al espejo e imaginarte con sus brazos rodeándote y dándote un beso.
Es tener la sensación de que nada ha cambiado, pese a que nada volverá a ser como antes.

lunes, 26 de diciembre de 2011


No vale el viento si no me trae tu olor ni tus palabras. De qué me sirve la lluvia si no puedo ver tu reflejo en el cristal mientras estás tras de mí. Me dan más miedo los truenos si no estás a mi lado para abrazarme y susurrarme que no pasa nada y ya no es divertido contar los segundos entre los relámpagos y los truenos para saber dónde está la tormenta. Me da igual el frío en mi piel porque por más calor que sienta, siempre tendré mi alma helada. Los charcos no serán ya una lucha constante para que no me tires a ellos… Simplemente caminaré a su lado viendo cómo las gotas de lluvia les hacen crecer. ¿Para qué mirar las hojas tan bonitas de los árboles en otoño si no estás para decirme qué árbol es y por qué sus hojas son de ese color?  El invierno se cierne sobre mí lentamente y, como siempre, logra enfriar algo más que mi cuerpo. Las hojas del calendario van cayendo poco a poco y no hay nada que pueda reseñar en ninguna. Porque el invierno es así. Triste, melancólico e invita a la soledad de un cuarto vacío con una manta viendo cómo las calles se tornan blancas por la nieve. No… Yo ya no espero que vengas y me abraces para quitarme el frío. Ahora simplemente espero a la nada. Porque es lo que va a venir ahora. Nada.

domingo, 25 de diciembre de 2011


Los días pasan y tu ausencia se hace visible. La soledad va dejándose ver mientras tus pasos resuenan al final del pasillo como despedida. El eco de tu recuerdo reverbera en su mente. Las lágrimas recorren sus mejillas creando surcos de tristeza que acaban en el suelo en un charco de desesperanza. La vida pasa por ella dejando tras de sí un rastro de desilusión. Comienza a echar de menos tu risa que le hacía sonreír y sentirse bien. Comienza a darse cuenta de la cantidad de cosas que hacía contigo, de las veces que hablaba y de las carcajadas que tenía. Su vida ha cambiado desde que no estás. Sí… Ella también ha cambiado. Siente que se ha vaciado por dentro. En su interior sólo estabas tú y ahora sólo queda el recuerdo de tu presencia que se hace visible a través del recuerdo de tu perfume al saludarla, de tus besos al encontrártela, de tus sonrisas al pillarla haciendo el tonto. Te has marchado y no sólo has dejado el que era tu hogar… has dejado también vacía su vida. Sus lágrimas hacen patente la falta que le haces. Quizá nunca quisiste darte cuenta, pero ella te quiso desde el primer momento en que vuestros ojos se cruzaron.


**Echo de menos tus miradas condescendientes. Los piques y las cosquillas que me salían sin explicación por todas partes. Tus manos, tus sonrisas... Pero sobretodo echo de menos tu alegría, ver en tus ojos que eres feliz. Me encantaría ver esa felicidad porque es lo que más te mereces en este mundo aunque no sea yo quien te haga feliz. Me encantaría saber que tu positivismo está intacto y que por más que intenten hacerte caer vas a seguir estando de pie, como siempre lo has estado desde te conozco.
Gracias por hacerme feliz, pero no solo por eso.Gracias por conseguir que fuera mejor persona, por dejarme aprender de ti y por hacerme ver que no hay nada más importante que lo que uno piense y quiera. Nuestros caminos se han separado, pero tu huella va a estar en mí toda mi vida.**

sábado, 24 de diciembre de 2011


Estoy cansado. Me afecta el color y el sabor de tu ausencia. Me recorre tu olor por las venas y  siento que mi pena vuela sin cadenas. Me pierdo por los rincones de las escaleras esperando como un tonto a que aparezcas y traigas tu luz a mi noche de estrellas. Me fío de que tú vuelvas a ser esa chiquilla que inunda mi cuerpo una noche de vigilia, que rompes mi alma en un jardín de alegrías, espolvoreas mi vida con sorbos de bendita locura. Y río por pensar que algún día podrás estar conmigo, por creer que en el fondo tú sientes más de lo mismo: un quemazón que atormenta y se ahoga en el  fondo de un río. Y busco tu mirada a cada instante junto a la mía, sonriendo a la vida como si fuera una niña escuchando palabras sombrías de un alma perdida, prodigando sonrisas allá donde solo hay tristeza, dibujando color allá donde solo hay ceniza. Y me escondo de este mundo oscuro lleno de mentira inventando palabras que sólo serán mías, desdibujando las líneas que crean mis sonrisas. E  intento olvidar, olvidar el cerrojo que no me deja llegar a tu vida, que impide mi paso a ese mundo suicida donde creo, siento y escucho tus caricias; donde vivo, sueño e invento cada día. Y quiero volar, volar a tu luz como si fueras divina, como si ella pudiera borrar toda mi vida, emborronar los restos de mi existencia mordida de intentar comer el mundo aunque fuera utopía. Intentar conseguir que tu día sea una sonrisa cansada de tanto dolor pero con ganas de nuevas promesas. Navegar por las olas del miedo y conseguir salir victoriosa. Remover las entrañas del mundo y sentir una suave caricia del horror que se vive cuando te sientes vacía y descubrir al instante siguiente que la vida no es más que la micra de un segundo que termina cuando ya te rindes de luchar por aquello que siempre quisiste. Y llorar por la ausencia que dejas cada noche al despedirte olvidando a cada momento que no eres más que un mal chiste que cuentas cada vez que te veo jugando al despiste recordando a cada minuto que ya me lo advertiste: no eres más que una poeta con cara de triste que juega con las palabras como si fueran alpiste que dar a los pájaros para que acaben de morir. Y todo se acaba como un sueño prohibido una noche sombría, como el atardecer de una vida que nunca fue mía, como el color del pétalo de una rosa que espera desnuda a que desprendan el duro caparazón que envuelve sus caricias. Y la ilusión se difumina como el sonido de tu sonrisa al doblar esa esquina, como el color de esos ojos que me miran divertida, como el frío que tengo cuando te veo por ahí perdida. Y sufro porque veo, creo y siento que tú debes ser mía y disfrutar cada mañana de esa melodía que susurra tu voz pronunciando mi nombre con alegría y sintiendo en nuestro interior que algo mejor sería mentira.

jueves, 22 de diciembre de 2011


Hay momentos en los que la ilusión se desvanece… Que simplemente después de las veces que has tenido que luchar para levantarte de cada una de las caídas, de los mil y un tropiezos que aun te duelen, piensas que no hay nada bueno guardado para ti. Crees que nunca vas a encontrar una mano amiga que te ayude cuando el vacío se extienda bajo tus pies. Y ves que poco a poco las luces se apagan, que la gente va desapareciendo de la función y que estás solo en medio del gran vacío que es tu vida. Es ahí cuando comienzas a darte cuenta de lo siniestro que es todo cuando no hay nadie con quien compartir las cosas, cuando no hay una sonrisa que aparezca con cualquier tontería, cuando no hay unos ojos que te miren con aprobación cuando realmente hagas algo que está bien. Ves que realmente tu vida es eso, un teatro en el que la gente aparece y desaparece en cada representación y te sonríe simplemente porque tiene que hacerlo.
Y… Sin embargo… Cuando tu ojos se han cansado de esperar ver una chispa, cuando la esperanza ha dado paso al profundo pesimismo, cuando has dejado de sonreír con las mismas ganas y de tus ojos solo salgan lágrimas de amargura… Solo entonces es el momento en el que te das cuenta de que en realidad siempre ha habido alguien ahí que te ha ayudado cada función a subir y bajar el telón. De que esa persona que está ahí escondida todo el día a la que apenas hablas y a la que sonríes simplemente por cortesía es la que consigue que en tu vida seas algo más que el profundo vacío en el que te envuelves cada vez que acaba el teatro, la que te ayuda a recibir esas sonrisas y la que consigue que cada día escuches esos halagos que te hacen levantarte al día siguiente. Cuando caes en la cuenta de esto es el momento en que realmente ves que todo lo que pedías y anhelabas estaba ahí enfrente, a tu lado a cada instante intentando que todo te saliera mejor, que sonrieras, que fueras feliz aunque no fuera con ella.
Es justo ahí cuando te das cuenta también de que todo lo que te rodea no es más que una farsa y que quien realmente importa está ahí siempre sin necesidad de invitarle a la función.
Entonces descubres de nuevo sus ojos… esos que siempre mirabas y en los que nunca te habías fijado, descubres la intensa luz que hay en ellos… Encuentras su sonrisa… tan bonita como recordabas pero más especial que nunca porque en ella habías encontrado exactamente lo que querías.
Te reinventas para hacer feliz a esa persona y descubres que sólo con ella tienes lo necesario para ser feliz, que sólo con su sonrisa cada mañana consigue que tú seas feliz durante mucho tiempo. Que un beso suyo cura las peores heridas. Que una mirada suya consigue iluminar tu mundo aunque éste se halle en la oscuridad más profunda.
Y descubres que lo mejor de esa persona… es que hace una y mil locuras cada día solo para verte feliz… Que simplemente eso le basta para ser feliz y que una sola palabra consigue arrancar la más bonita de sus sonrisas… Te das cuenta… De que sin esa persona… tu vida no sería más que un teatro oscuro y derruido en el que a gente se ríe del bufón de turno que simplemente intenta cumplir sus sueños cuando nadie cree en ellos.


Ahora se ha ido...Y llegas a la conclusión de que era verdad. Si esa persona la vida no es más que un teatro oscuro y derruido, que por más que quieres no puedes cumplir tus sueños porque no está ahí para recordarte que puedes, para sacarse ese as de la manga y seas FELIZ pase lo que pase. Ya no está para pronunciar dos, tres, cuatro o mil palabras que realmente sienta y haga cambiar todo lo que hay en tu interior. 
El teatro está a punto de caer...

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Una de las mejores cosas que me han escrito

Sobran las palabras, basta el silencio para comprender. Mucho has soñado con que llegue un momento especial, muchas veces has esperado sentado en la puerta del castillo esperando a que la doncella bajase de la más alta torre para darte la bienvenida, ¿por qué no has subido tú? Bueno, en ese momento tienes tantas cosas en la cabeza que la sola idea de subir unas escaleras te produce vértigo, ¿y si subes y no hay ninguna princesa? Tu vida habrá sido un engaño, tanto tiempo esperando ese momento de verla, ansiando poder oler por fin su perfume…pero peor aún ¿Qué pasa si cuando llegas a la más alta torre resulta que la princesa decide bajar sola, dejándote en la torre con todos tus sueños? Malo asunto, demasiado miedo a quedarte encerrado y solo, ese miedo te petrifica, ese miedo te clava en la puerta del castillo, esperando que sea ella la que baje, y no tú el que tengas que subir a buscarla. No obstante, no puedes permanecer la eternidad esperando, ¿cómo sabes si subir va a ser un error si no subes? Sí, quizás subas para ver como tus sueños escapan volando por la ventana, quizás subir sea al final más doloroso que esperar tres eternidades a que alguien baje de esa torre……pero…. ¿y si no es así? También puede darse el caso de que la princesa esté en tu misma situación, con demasiado miedo a dejar su cama y bajar las escaleras para encontrar una puerta vacía, puede darse el caso de que tenga la oreja pegada a la puerta de su habitación, intentando escuchar el más mínimo sonido que delate la subida de su príncipe. Quizás subas las escaleras y al llegar arriba del todo esté la princesa, esperándote con los brazos abiertos, y te reciba con sus calurosos labios y un reconfortante abrazo…..eso estaría bien si…..pero aún queda la mejor opción de todas: Comprendes que no puedes esperar eternamente en la puerta del castillo y te decides a subir las escaleras, pero no llegas a la habitación de la princesa no, porque mientras tu subías las escaleras, ella las estaba bajando, encontrándoos los dos en una mitad perfecta, entonces sobran las palabras, basta el silencio para comprender que dos almas acaban de fundirse.

martes, 20 de diciembre de 2011

 Es difícil ponerle un precio a un adiós y el tuyo lo vendiste barato. Varias copas en un bar y un par de caladas a un cigarro que se balancea al compás de las despedidas. 
Una mirada huidiza que rebusca en el fondo del tugurio en busca de un alguien con quien ahogar las penas. Un alguien al que se la sude quién eres o qué haces ahí. Que simplemente te coja y te folle para que olvides por qué cojones estás ahí. Estás borracha, fumada. En el fondo ni tú sabes dónde coño estás. ¿Y qué? Te la sopla el mundo al igual que se la soplas al mundo. ¿Qué más da si tus ojos están rojos de fumar o de llorar? Nadie se va a fijar en ello. Allí se van a fijar en si estás buena o no. Y tú sólo te fijarás en si está bueno o no. Total, ¿a quién le importan los sentimientos? Dicen que deberíamos vivir, sentir y soñar… No, eso no vale para nada. Sentir, ¿el qué? ¿Miedo? ¿Dolor? ¿Soledad? Que soberana tontería. Hasta los más tontos saben que eso no merece la pena. Soñar. Esto me produce mucha más gracia… Soñar, ¿con qué? ¿Con conseguir esto o lo otro? O mejor, ¿conseguir a alguien? Naaa, esas cosas tampoco merecen la pena. La vida es vivir, follar y fumar. Y que le jodan al resto. Es mejor flipar en colores y cuando vuelvas a la realidad saber que no es más que los efectos secundarios a soñar y darte la hostia contra la realidad dándote cuenta de que por más que quieras esos sueños no son para ti. Porque pese a que ambos sueños son inalcanzables… Bailar con un elefante rosa fosforito es mucho más inverosímil, a priori, que ser feliz. Y sin embargo parece que es igual de imposible que se cumpla, ¿o no? 
Ahora mismo en mí no hay más que retales y no puedo más que seguir mis pasos y encontrar un puto bar en el que emborracharme y olvidar

lunes, 19 de diciembre de 2011



Me he rendido…antes de morir en el último intento,
antes de ahogarme en este naufragio,
antes de que las lágrimas reflejen el convexo de todos mis recuerdos.
Y tú me llamas cobarde…Y crees que me escondo
entre mis silencios,como la penumbra…
cuando el crepúsculo cae sobre el puente hacia las sombras.
Olvidas que muchos días,las palabras se oscurecen,
robándonos todos los argumentos para abanderar la esperanza,
rompiendo el cofre donde guardamos los recuerdos.
Y me sigues llamando cobarde…
Ya no sé como decirte, amor,que muchas noches no sólo te recuerdo
sino que te amo de memoria.
Porque llevo un tatuaje imborrable en las estrellas de mi alma
con cada palabra, cada beso,cada cielo, cada verso…
que esto no es cobardía,que sólo quiero zurcirme las costuras
porque ya no puedo vivir…


domingo, 18 de diciembre de 2011


 Es difícil ponerle un precio a un adiós y el tuyo lo vendiste barato. Varias copas en un bar y un par de caladas a un cigarro que se balancea al compás de las despedidas.
Una mirada huidiza que rebusca en el fondo del tugurio en busca de un alguien con quien ahogar las penas. Un alguien al que se la sude quién eres o qué haces ahí. Que simplemente te coja y te folle para que olvides por qué cojones estás ahí. Estás borracha, fumada. En el fondo ni tú sabes dónde coño estás. ¿Y qué? Te la sopla el mundo al igual que se la soplas al mundo. ¿Qué más da si tus ojos están rojos de fumar o de llorar? Nadie se va a fijar en ello. Allí se van a fijar en si estás buena o no. Y tú sólo te fijarás en si está bueno o no. Total, ¿a quién le importan los sentimientos? Dicen que deberíamos vivir, sentir y soñar… No, eso no vale para nada. Sentir, ¿el qué? ¿Miedo? ¿Dolor? ¿Soledad? Que soberana tontería. Hasta los más tontos saben que eso no merece la pena. Soñar. Esto me produce mucha más gracia… Soñar, ¿con qué? ¿Con conseguir esto o lo otro? O mejor, ¿conseguir a alguien? Naaa, esas cosas tampoco merecen la pena. La vida es vivir, follar y fumar. Y que le jodan al resto. Es mejor flipar en colores y cuando vuelvas a la realidad saber que no es más que los efectos secundarios a soñar y darte la hostia contra la realidad dándote cuenta de que por más que quieras esos sueños no son para ti. Porque pese a que ambos sueños son inalcanzables… Bailar con un elefante rosa fosforito es mucho más inverosímil, a priori, que ser feliz. Y sin embargo parece que es igual de imposible que se cumpla, ¿o no?
Ahora mismo en mí no hay más que retales y no puedo más que seguir mis pasos y encontrar un puto bar en el que emborracharme y olvidar.

viernes, 16 de diciembre de 2011


"-A veces tienes miedo de dejarlo y que no vuelva...
-La gente cambia y eso es algo que....cuando empiezas a contar con ello te cambia a tí.
Estoy loco por recuerdos no por nada presente y eso al final acaba ganando.
Porque te crea carencias que tarde o temprano...hacen que te canses.
-Joder,es cierto... yo también estoy loca por los putos recuerdos,
porque quiero que no lo sean.Quiero un puto presente igual que el pasado...¿tan difícl es eso?
-El pasado es el pasado.Es como pedir aprender a montar en bici otra vez.
Eso ya se ha tachado de la lista ¿Entiendes?
-...Pero me da tanta pena...fue tan guay...
-Nos ha jodido...pero tranquila,ya sabes montar en bici."

martes, 13 de diciembre de 2011


Déjame que cuente las horas perdidas, buscando tus ojos todos estos días que a veces se me hacen eternos.
Déjame, es este oscuro día, encontrar el brillo maldito de tus ojos. Ese que me embruja y me hechiza.
Déjame disfrutar de ese pequeño mago en que te conviertes y que consigue transformar en un segundo una lágrima de dolor en una sonrisa de amor.
Déjame encontrar en tus brazos el cobijo al frío de la soledad.
Déjame sentir en tus manos las caricias infinitas y la suavidad de tu piel
Déjame escuchar tu voz susurrándome al oído palabras sin sentido.
Déjame encontrar en tu piel el suave rastro de tu olor.
Déjame disfrutar de un segundo de complicidad contigo.
Déjame sonreírte con la luz de mi sonrisa para que puedas ver lo que escondo, para que puedas encontrar aquello que puedo ofrecerte y que sé que te hace falta.
Déjame disfrutarte, sentirme cerca de ti.
Déjame al menos formar parte de tu vida aunque sea como una simple mosca revoloteando a tu alrededor para sobrevivir con las migajas de lo que tú me das...

lunes, 12 de diciembre de 2011


Querido Corazón:
Ya sé que no soy la mejor dueña, sé que no hago más que provocar que te vayas deshaciendo poco a poco en minúsculos cristales. Sé que a cada paso que doy tú eres quien más riesgos corre. Soy consciente de que soy débil, de que te dejo demasiado al descubierto y que no has curado una herida cuando otra está sangrando a más no poder.  Conozco el hecho de que te vas empequeñeciendo según pasan los días. Que cada amargor es un sufrimiento para ti. Siempre tengo en mente que una decisión mía puede matarte y que eres único. Sé que corro muchos riesgos y que cada vez estás más débil por ello. Pero es que no lo puedo evitar. Recuerda cómo te sentías cuando le tenías cerca, cómo sus palabras te acariciaban, cómo me hacía sonreír consiguiendo que dejasen de doler las cicatrices que tienes. Te acuerdas y no puedes evitar sonreír, ¿a que no? A mí me pasa igual. Recuerdo sus miradas, sus sonrisas, sus caricias y sus palabras y no puedo evitar más que sonreír. Pero en el fondo ambos sabemos que no son más que sonrisas que se ahogan en el licor de la melancolía.  Ahora nos queda volver a enmendar esa herida…Aunque también es cierto que es mucho más profunda y que duele más. Ambos sabemos que arriesgué demasiado. Te regalé sin pensarlo. Y me devolvió un pobre músculo maltrecho y harto de intentar cicatrizar. Duele. Ya sé que duele pequeño. Créeme que parte de ese dolor me lo llevo yo también. Sin embargo…Me vas a matar. Pero no me arrepiento. Sé que me mirarías mal si estuviera delante, pero…Es la pura verdad. Vuelve a recordar. ¿Acaso te has sentido más feliz en algún otro momento? ¿Acaso has latido más fuerte? Ha habido momentos en los que te has parado por la sorpresa, que has corrido por los nervios, las ganas. Y has latido con pasión. Sabes que en eso tengo razón. Sabes que él ha conseguido hacernos felices a los dos y que si volviera todas esas heridas no serían más que pequeñas piedras en el camino que se pueden curar sobre la marcha. Porque tanto tú como yo le hemos amado, ¿a qué sí?
Ahora dejar de sangrar por todos lados va a ser difícil. Es posible que pasemos noches enteras en vela pensando. Antes las pasábamos echándole de menos cuando estaba de vacaciones o sonriendo recordando los momentos que acabábamos de vivir. O incluso esperando el mensaje de que había llegado a casa aunque fueran las mil y una. Y con eso descansábamos. Ahora…Tenemos que echar de menos todo aquello que hemos tenido, pero a la vez, tenemos que pensar en que no podemos hacer nada y que fue bonito mientras duró. Y así poco a poco ir cerrando esas heridas sangrantes. Dicen que el tiempo todo lo cura, aunque sabes que para mí eso no es verdad. El tiempo sólo hace que recordemos las cosas con más añoranza. Pero bueno, no le puedo pedir peras al olmo así que… Te propongo un trato. Tú te recuperas de tus heridas sin pensar. Yo pienso por ti y aunque mi alma acabe marchita, mis ojos secos de llorar o mi voz ajada, conseguiré que te pongas bien y que consigas latir de forma normal otra vez. Nos costará querer otra vez. Quizás a mí antes que a ti. Incluso es posible que no lo volvamos a hacer. De hecho ahora mismo no quiero querer a nadie nunca más. Pienso que cualquier cosa que haya después de él será siempre inferior. Pero quien sabe… A lo mejor sale por ahí cualquier otro superhéroe que nos rescate de la profundidad. Sinceramente no lo creo. Para mí superhéroes solo ha habido, hay y habrá uno para mí. Ese Pequeño Batman que está en la estantería de mi habitación al que miro cada cinco minutos con la estúpida ilusión de que él lo esté mirando en ese momento desde su cama. Joder, le queremos eh corazoncito? Creo que va a ser duro.

viernes, 9 de diciembre de 2011


Búscame cuando te apetezca, cuando notes que me echas de menos, cuando te mueras de ganas de tenerme. Búscame cuando no tengas a nadie que te diga que te quiere. Búscame cuando eches en falta las risas, las caricias que erizan la piel, las conversaciones sin rumbo, los abrazos en los malos momentos y las locuras. Búscame cuando necesites alguien que te sorprenda, cuando te des cuenta que nadie tiene esos detalles. Búscame cuando necesites que te digan lo especial que eres, lo bonita que es tu sonrisa y lo guapo que estas cuando te despiertas. Búscame cuando mires el móvil esperando una llamada que ya no llega, cuando salgas y sin darte cuenta me busques con la mirada entre la gente, cuando inesperadamente alguien te toque la espalda y al girarte esperes que sea yo. Búscame cuando necesites cerillas para encender lo que se ha apagado, cuando las discusiones sean aburridas y los días rutinarios. Búscame cuando recuerdes los buenos momentos y te arrepientas de no tenerlos ahora. Búscame cuando tu ego necesite que le supliquen desesperadamente cariño pero sobre todo cuando quieras suplicarlo tú.

jueves, 8 de diciembre de 2011


Recordamos a veces hechos como quien piensa en lo que lleva de equipaje y no en el viaje,
Más cargas que una guía o una ayuda.
Conseguimos reemplazar algunos recuerdos inútiles,
pero no podemos elegir voluntariamente los que almacenamos
ni tampoco los que olvidamos y sin embargo a veces daríamos lo que fuera por hacerlo.
Realmente no estamos preparados para asumir esa responsabilidad.
Elegiríamos olvidar cosas dolorosas y supremas que nos hacen ser quien somos
y quizá sin querer eliminaríamos otras simples y alegres que nos sitúan en nuestro lugar.
A veces duele y otras no.
Eso no depende de la memoria,no tiene la culpa.
Depende a veces de una frase,un sueño,un olor...pero básicamente depende del individuo.
De que entienda que pensar va a pensar siempre y de que no siempre puede decidir en qué,
pero sí cómo.

sábado, 3 de diciembre de 2011


"Tengo ronca el alma de quererte en esta soledad llena que me ahoga;
tengo los ojos llenos de luz de imaginarte
y tengo los ojos ciegos de no verte;
tengo mi cuerpo abandonado al abandono y
tengo mi cuerpo tiritando de no poder tocarte;
tengo la voz tosca de hablar con tanta gente
y tengo la voz preciosa de cantarte;
tengo las manos agrietadas de la escarcha
y tengo las manos suaves de en el cielo acariciarte;
tengo soledad,luz, alegría, tristeza, rebeldías,
amor, sonrisas y lágrimas...
Y también te tengo a ti, preciosa,
caminando por las venas con mi sangre."