domingo, 26 de junio de 2011
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Estás solo. Ya no eres nada ni vales nada. Eres poco más que una ola en el mar, una piedra en el camino. Sólo eres un estorbo. Sólo molestas. Sólo provocas dolor, decepción. Sí. Sólo sabes decepcionar a los demás. Por eso estás solo. No has sido capaz de dar lo que pedían de ti. Confiaban en ti, en que conseguirías lo que te habían pedido, tu pobre y mísera misión. Y no lo has hecho. ¿Estás contento? Ya lo has conseguido. Has logrado no tener un motivo por el que seguir.
lunes, 20 de junio de 2011
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Recuerda.
Vales, sirves, eres bueno, eres genial, eres increíble.
Sé optimista.
Lo vas a conseguir, eres capaz de hacerlo.
No temas.
Parece difícil, pero en realidad no lo es tanto.
Sueña.
Los sueños parece que nunca se van a cumplir, pero... quizá algún día todo aquello que anhelas se cumplirá. Siempre cuando menos te lo esperes.
Sonríe.
A veces las cosas no se presentan tan bonitas como uno se piensa, pero eso puede cambiar en un sólo segundo. Todo lo malo se torna bueno en cuestión de milisegundos. Las lágrimas de dolor serán momentos de nostalgias en las que del recuerdo brote una sonrisa.
Quiérete.
No vales lo que piensan los demás. No vales lo que dicen los demás. Vales lo que vales y eso es más de lo que tú ni siquiera te imaginas.
Lucha.
Las cosas nunca vienen solas... Lucha por conseguir lo que realmente deseas. Los auténticos impedimentos son los que vienen dados por nosotros mismos... Si aclaramos lo que realmente queremos hacer, lo que queremos conseguir, lo más seguro es que lleguemos a alcanzarlo. Quizá no mañana ni pasado... Quizá ni siquiera la semana que viene... Pero lo alcanzarás.
No temas.
Nunca estás solo ni lo vas a estar, por mucho que sientas que es así. En realidad siempre hay alguien increíble cerca de ti que te va a ayudar en lo que pueda, en lo que necesites. Que siempre va a estar ahí.
No te lamentes por las cosas que no has conseguido, porque entonces no llegarás a tener ni siquiera las ganas de alcanzar algo más. No vacíes el vaso hasta dejarlo a la mitad. O lo terminas, o lo dejas lleno, pero no hay medias tintas. O vives o vives. No hay más. Y ya que tenemos que hacerlo sí o sí... no será mejor que seamos felices mientras tanto?
"Deja entrar en tu alma una brisa
que avente las dudas y alivie tu mal.
Que la pena se muera de risa,
cuando un sueño se muere
es porque se ha hecho real."
domingo, 19 de junio de 2011
Un sueño es lo que quiero tener para sonreír. Para ver pasar el tiempo ocupado en algo que sé que algún día voy a conseguir. Quizá esto falle y parezca imposible de alcanzar, pero no. No me da la gana dejar de caminar hacia adelante buscando ese sueño, mi sueño, sacando fuerzas para seguir luchando por él, saliendo cada día a la calle con una sonrisa que le demuestre al mundo que no, hoy no me voy a echar para atrás. No será este el día en que lo haga. Resisto, aunque sea busco otro camino… aunque en él pierda el trocito de felicidad que tenía en mi poder. Al final llegará un momento en que no sepa ni cómo actuar, ni cómo moverme o reaccionar porque la verdad es que no se puede abusar de la esperanza. Es tan fuerte que algún día puede destrozar nuestra confianza en el futuro. Ahí está… Unos días tan sumamente cerca de conseguirlo y otros taaan lejos… Pero… la pregunta es… ¿a quién le gusta perder? ¿a quién no le gusta mantener la esperanza? A nadie le gusta dejar las cosas a medias, ¿no? A mí me gusta sentirme como un estúpido iluso que piensa constantemente en todos aquellos sueños que no se cumplirán, me encanta ver las horas del reloj pasar mientras imagino cómo sería mi sueño cumplido...tan perfecto que casi lo puedes tocar… Y, sin embargo, despiertas y ves la realidad. Ves que realmente nada se va a cumplir… pero…eso no significa que deje de luchar. Total… las cosas fáciles no tienen gracia. Yo soy más de los retos. A mí me gusta que me pongas las cosas difíciles, que únicamente me des un segundo para respirar. Porque de ese segundo me sobra más de la mitad para saber que no voy a dejar mi empeño, que voy a seguir hacia adelante, aunque mi estrategia haya dejado de existir hace mucho tiempo. Es mi sueño y por más difícil que me lo pongas, lo voy a conseguir. Voy a seguir imaginando que todo es posible… Seguiré pensando que tu sonrisa es para mí, que tus miradas son hechas para mí, que tus manos sólo me tocan a mí de esa manera… Es difícil renunciar a un sueño y lo sabes. Lo que no sabías es que a mí me es mucho más difícil. Y desde luego, lo que no creías es que aun envolviéndote en un aura de indiferencia no conseguirías que yo desapareciera de tu estela. Por más que quieras, lo que hemos pasado está ahí. Mucho o poco es algo… Quizá tu sueño murió hace tiempo… Pero la verdad es que merece la pena intentar revivirlo para hacerlo más fuerte. Yo pensé que no volvería a soñar, pensé que el fin de una cosa sería el fin de todo… Pero aparecieron tus ojos un día, tu sonrisa y tus cálidas palabras y me hicieron olvidar aquello por lo que sufrí una vez.
No voy a renunciar a ti por más que quieras. Porque el hecho de hacerlo significa renunciar a un sueño y eso no entra dentro de lo que me gusta hacer. Un sueño es un sueño. Quizá me digas que soñar es gratis y que lo haga pese a saber que no conseguiré nada… Pero… eso de que soñar no cuesta es relativo. Me cuesta mi felicidad, mi tiempo perdido pensando en ti, en cómo sería todo cuando al fin te dieras cuenta de que no tenías que haber renunciado tan pronto de mí… Algún día si finalmente no consigo mi sueño de tenerte al menos 1 día para mí… te darás cuenta de lo tonto/a que fuiste al no pensar que quizá el/la que estaba equivocado/a en todo esto eras tú… Algún día serás tú quien me eche de menos, quien recuerde como hago yo las pequeñas tonterías que me hacían sonreír.
Es mi sueño. Lo siento, pero vas a tener que vivir con eso… en realidad es problema tuyo… Si no hubieras empezado con tus tonterías a lo mejor esto no hubiera llegado a este punto, pero las cosas ahora están así… te toca mover ficha otra vez… Te atreves?
En las calles oscuras y mojadas de Madrid se esconde el sentimiento difuso de lo que fue. En los recovecos de las esquinas llenas de indigentes hambrientos y congelados se pueden encontrar los momentos perdidos entre los dos. En los portales oscuros respiran las huellas de los besos robados al anochecer y en las baldosas del suelo resbala el amor lentamente hasta las alcantarillas. Los abrazos se pierden entre la maraña de gente con paraguas que corre despistada en busca de un lugar perdido. La lluvia empapa el recuerdo doloroso de los días de sol en esas mismas calles, los lustrosos días de sol en los que los bancos de los parques albergaban besos furtivos, donde la luz hacía tintinear el fondo de sus almas hasta hacerlas sonreír.
La noche trajo consigo el lucero de la desesperación. Las sombras les alcanzaron sus miradas haciendo opacos los sentimientos. Las estrellas apenas destellaban la luz necesaria para mantener viva la llama de locura que había entre ellos y poco a poco fue desapareciendo en el manto de negrura que se creó entre los dos.
La lluvia trajo además el rastro amargo de la despedida. Recordó a lo salado del mar. La lluvia terminó de limpiar los restos de sentimiento que quedaban. Consiguió reunir en una gota toda aquella desilusión y desesperación que nacía a raudales de los poros de la piel de ambos.
Y luego llego el frío. Esa sensación que se mete en el cuerpo y lo recorre de arriba a abajo, que te cala, que consigue incar su diente en lo más profundo del ser, desgarrando ese corazón sanguinolento que destinta, que llena todo de sentimientos encontrados dentro de la maraña de emociones. El frío que congela los buenos sentimientos, las sensaciones placenteras que desenmascaran nuestro lado bueno, ése lado positivo, agradable incluso me atrevería a decir bonito.
Y luego acaba. Llega el fin. El hielo se resquebraja y todo se hace pedazos, se forma una alfombra de cristales afilados, cortantes, ensangrentados de tanto tropezar una y otra vez.
Es el fin, el dolor, el sufrimiento de romperse por dentro, de quebrar, de fenecer. Pero también el fin es el momento de empezar a reconstruirse, a rehacerse de los cortes, del dolor.
El fin no deja de ser el principio de otra historia…
Ilusión. Eso que se resquebraja con una lágrima, que se rompe con la fragilidad del cristal de bohemia, que se deshace como la sal en el agua de las sensaciones. Y sin embargo… pese a haber sufrido mil calamidades, pese a ser frágil, sobrevive. Es una simple llamita en medio de un fuego de sentimientos, pero sobrevive sencilla y solitaria, porque lucha. Lucha contra los elementos y lucha por crecer, por invadir el cuerpo y adentrarse hasta el fondo del alma. Ese es su objetivo. Encontrarse con el fondo de nuestro ser para que podamos conseguir nuestras metas, lo que queremos.
Hay veces que la ilusión se esfuma, que se apaga la vela y la oscuridad vuelve de nuevo… Pero es un ave fénix que resurge de sus cenizas para que ,altiva, vuelva a ser de nuevo esa pequeña llamita que de vez en cuando consigue que veamos las cosas de otra manera.
Los recuerdos me envuelven. Las sensaciones pasadas y las emociones vividas resurgen en mí como si las estuviera sintiendo en este momento. Me siento como si la mejor parte de mi vida hubiera pasado como sin darme cuenta. Lo he tenido todo, porque te he tenido a ti. He tenido tu sonrisa, tu maravillosa sonrisa que me hacía sonreír cuando menos quería hacerlo. He tenido tu mirada, esos ojos que me encantaban, tan risueños, tan agradables, que me reconfortaban y me hacían sentir mejor. He tenido tus abrazos, tan cálidos, tan bonitos, tan nuestros. He tenido tus besos, tan dulces y maravillosos. He tenido tu compañía, tu apoyo, tu cobijo. He tenido tus manos, tus caricias, tus susurros. He tenido momentos perfectos, otros que no lo han sido tantos, pero que quedan como baches en el camino. He tenido tu presencia constante, tu mirada frente a la mia, tu sonrisa iluminando la mia, haciéndola mucho más presente. Te he tenido a ti… y ¿ahora? Ahora me quedan los recuerdos. Me queda el recuerdo desgastado de tu sonrisa. Desgastado de tanto mirarlo, de tanto ver de nuevo tu sonrisa dirigida a mi. Me queda tu mirada difuminada en mis pensamientos. Me quedan tus caricias impregnadas en mi piel, tu olor inunda mi cerebro, tus manos ocupan mis pensamientos. Me queda todo recuerdo de lo que nos dijimos, de lo que sentimos, de lo que vivimos. Me queda todo recuerdo, pero hay un problema. No me quedas tú.
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En un solo segundo, el mundo puede dejar de girar, el aire dejar se soplar a nuestro alrededor, el frío invadir nuestra vida.
En un segundo puedo admirar tu sonrisa.
En un segundo puedo escuchar el más dulce de tus susurros, sentir la más bonita y suave de tus caricias.
En un segundo, solo en un segundo, me puedo quedar prendado de tus ojos maravillosos.
En un segundo puedo olvidar mi Mundo y convertirlo en ti.
En un segundo mi Mundo puede ser tus ojos, tu sonrisa, tus caricias.
En un segundo mi vida puede girar y girar en torno a mi, pese a que la Tierra está parada.
En un segundo… En un segundo puedes cambiar mi cara con una palabra, mi sonrisa con un gesto y mis latidos con un susurro.
Quizá en un segundo pueda dejar de recordar aquello que me hizo daño, quizá en un segundo tus palabras, tu compañía consiga hacerme olvidar todo eso que me hizo llorar alguna vez.
Pero tan sólo quizá en un segundo…
Porque hay veces pienso que ni los años conseguirán que mi memoria haga desaparecer todo eso que me dolió. Pienso que nada ni nadie puede hacer que los recuerdos se esfumen y se esparzan por mi mente como las hojas en otoño encima de las aceras creando un manto. Hay momentos en los que creo que ni siquiera la luz que desprendes puede iluminar la oscuridad que me caracteriza.
Pero luego… Luego es ver tus ojos… Y encontrar en ellos la paz y la tranquilidad que necesito. Es ver tu sonrisa y tener la tonta necesidad de sonreir. Es sentir que estás cerca… Y tener las tremendas ganas de mirarte, acercarme, besarte y darme la vuelta sin más…
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Tengo un reloj medio roto ya
Que no marca las horas, que pregunta dónde estás.
Busca una salida, pero no sabe señalar el camino hasta tus ojos para asi poderle alumbrar.
Sus manos se han cansado de buscar todo aquello que no supo encontrar
Ya no sabe adónde va, no sabe su camino, le da igual ir hacia adelante o hacia atrás porque la huida es su destino.
Mil veces volverá al punto inicial y mil veces pensará que debería volver atrás.
Pero bien sabe él, que por más que lo intente dará vueltas y vueltas sin sentido para volver al punto inicial, que a su vez es el punto final. Un punto sin retorno en que no hay más que volver a girar y esperar que algún día la pila vuelva a funcionarde nuevo vea el horizonte con un nuevo amanecer.
Gira siempre lento, gira con calma. Con cierta inseguridad porque de un error suyo salen cientos de cosas malas.
Lo intenta, lo sufre, le echa ganas, pero… Siempre llega un momento en que su energía desaparece y todo vuelve a carecer de sentido.
Al final… haga lo que haga jamás le encontrará un significado a su vida. Siempre dando vueltas, siempre sin un rumbo fijo para luego acabar olvidado en un cajón cuando se haya cansado de seguir.
miércoles, 1 de junio de 2011
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¿Sabes? Cuando crees que las cosas se acaban. Cuando piensas que los sueños tienen que morir. Cuando realmente ves que tus ilusiones mueren ahogadas en el fondo del vaso… Es el momento de parar, mirar a tu alrededor y darte cuenta de que el hecho de que pienses que todo ha acabado no significa que lo haya hecho. Siempre hay una puerta que no viste o una salida que jamás pensaste en usar. Hay una decisión que lo cambia todo y unas palabras que te hagan sonreír.
Hay veces en que el mundo de las ilusiones se derrumba sobre nosotros y nos crea tal desasosiego que no somos capaces de pensar en las cosas buenas que tenemos cerca. Quizá no nos ilusionemos por levantarnos cada día porque es un hecho demasiado cotidiano y típico, pero el hecho de poner un pie sobre el suelo significa que estamos vivos y que estamos aquí para dar guerra. Nos pueden poner baches en el camino, piedras que nos hagan tropezar y nos rasguen la piel de las rodillas como a los niños. Podremos ver el fin tan cerca que casi lo podemos alcanzar con la yema de los dedos. Pero sin embargo… duela lo que duela, los días pasan y seguimos ahí. Sufrimos cada segundo por nuestros deseos no cumplidos y no nos percatamos de los que conseguimos a cada instante. Para mí un sueño es poder conocer a gente increíble y cada día los conozco un poquito más. Para mí un sueño es poder ser yo misma y sentirme a gusto con los demás sin creerme un bicho raro… y lo consigo. Para mí un sueño es poder levantarme cada mañana con la certeza de que a lo largo del día los intentos por sacarme una sonrisa serán muchos. Un sueño es aquello que deseas con toda el alma. Un sueño no es más que lo que vivimos cada día porque cada día hacemos lo que más nos gusta. Cada uno tenemos nuestros sueños e ilusiones. Quizá unos sean más fáciles de conseguir que otros… pero sin embargo no por ello tenemos que dejar de olvidarnos de las cosas que conseguimos cada momento, porque son tanto o más importante que lo que tanto ansiamos ya que al fin y al cabo… consiguen levantarnos por las mañanas.
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Sólo el eco responde a mis llamadas de auxilio. Sólo mi propio susurro de desesperación es el que viene a reconfortarme. La soledad no es más que un acompañante más en esta vida llena de horrores. Las lágrimas resbalan por mi cara y no puedo hacer nada por evitar que salgan. Estoy simplemente ahí, sola en medio del mundo buscando una razón por la que continuar, buscando el motivo por el cuál sigo al pie del cañón dando todo de mí. El silencio se adueña de mi vida y la oscuridad inunda los rincones de mi mente y me convierten en una niña asustada que corre a esconderse tras la primera pared que ve en vez de enfrentarse a su miedo. Su miedo es el propio miedo. El no saber qué hacer en un momento dado, el no saber dar el siguiente paso por si eso supone acabar cayendo en un barranco sin fin. Por momentos me veía fuerte. Había segundos en su vida en los que pensaba que ahí estoy yo, que puedo con todo y que nada me va quebrar. Y sin embargo… hay momentos en los que simplemente todo se resquebraja a mi alrededor y, de repente, no queda más que las cenizas de lo que creía que era inquebrantable. Sufro. Me duele. Los pasos duelen, los errores duelen, las caídas duelen. Y sin embargo sigo andando… Debe haber algo por ahí guardado para gente como yo porque si no hay cosas que no se explican. No se explica por qué nunca he conseguido nada. No se explica que aguante los golpes de la vida con una sonrisa y mirando al frente. No me cabe en la cabeza el por qué soy así y mucho menos el por qué la gente me quiere tal como soy. Simplemente soy una niña perdida que huye de sus miedos en busca de la falda de su madre para sentirse protegida.