martes, 6 de marzo de 2012

Tarde gris. Nublado. Algunos rayos de sol atravesando las nubes.
Una joven sube a un autobús y se sienta en frente de un hombre con un ramo de rosas. Mirada fija. Sonrisa. Al fin y al cabo felicidad.
¿Le gustan las rosas?¿Son bonitas verdad?-- dice el hombre.
La joven, vergonzosa por esa mirada sincera que desvelaba su felicidad, alegría y gusto por las rosas, agacha la cabeza. Se sonroja.
Sí-- responde la joven. A lo que el hombre le propone quedárselas: "Tómalas. Para ti.Acéptalas. Te las regalo"
Lo siento,no puedo aceptarlas-- rechaza la mujer sonrojada y con la mirada cabizbaja.
En serio, quedatelas tú. Cuando se lo explique a mi mujer lo entenderá...
Se las entrega y se levanta. El autobús ha parado. Ha llegado a su destino. El hombre baja. Se cierran las puertas.Mientras el bus arranca de nuevo la joven se queda mirando,a través de la ventana, como el hombre se aleja . Caminando despacio, triste e inexpresivo. El hombre entra en el cementerio.

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